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Mas amenaza con censurar a Maragall si Zapatero no apoya el nuevo Estatut

Roca afirma que los problemas de Cataluña no derivan de las carencias estatutarias

El jefe de la oposición al Gobierno catalán, Artur Mas, amenazó ayer con una moción de censura al presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, si el presidente del Gobierno español y líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, no cumple su compromiso de apoyar la reforma del Estatuto de Autonomía que formule en su día el Parlament. La amenaza de Mas fue interpretada por los partidos del Ejecutivo catalán como una nueva muestra de que CiU "no encuentra su lugar" en el nuevo escenario político español.

Mas justificó el eventual recurso a una medida como la moción de censura, que él mismo calíficó como "extrema", en la extraordinaria importancia para CiU

que tiene la reforma del Estatut y todo lo que pueda comprometerla. Y, también, del valor que CiU quiere dar a los compromisos del nuevo presidente del Gobierno español.

Mas formuló su amenaza a Maragall en una entrevista radiofónica celebrada por la mañana. El azar quiso que entrara en abierta contradicción con el criterio expuesto sólo unas horas después por Miquel Roca, su antecesor en la secretaría general de Convergència Democràtica (CDC). Roca, que fue uno de los redactores del vigente Estatuto de Autonomía, sostuvo en la presentación de un libro sobre temas políticos que a su juicio los problemas de Cataluña no dependen de las carencias del Estatuto.

La advertencia de Mas provocó la respuesta del Gobierno catalán y de los partidos que lo forman. En nombre del Consell Executiu, el consejero Joan Saura pidió a CiU que haga aportaciones positivas en vez de dedicarse a "especulaciones negativas". El conseller el cap, Josep Bargalló, calificó la posición de Mas como "una muestra de la españolización de la política de CiU", una tendencia que los republicanos recriminan al partido de Mas. Ha llegado al extremo "inaudito en la historia del catalanismo político", dijo Bargalló, de que un líder que se autocalifica de catalanista, como es el caso de Mas, hable de mociones de censura en Cataluña "en función de lo que haga un presidente del Gobierno del Estado". Bargalló consideró "urgente" que CiU se sitúe en Cataluña "en el sitio que le corresponde".Tanto el secretario general de Esquerra Republicana (ERC), Josep Lluís Carod, como el portavoz del PSC, Miquel Iceta, juzgaron particularmente significativo de la desorientación de CiU que Mas lanzara su amenaza justo el día en que Rodríguez Zapatero cumplía un compromiso tan complicado como el de retirar el ejército español de Irak.

"Ponerse a hablar de mociones de censura cuando el nuevo Gobierno español se acaba de constituir y lo hace poniéndose medallas como la retirada de las tropas de Irak es perder el mundo de vista", dijo Carod. Iceta, por su parte, atribuyó las palabras de Mas a que CiU "está muy descolocada políticamente y por este motivo de vez en cuando hace el ridículo".

El líder republicano no tuvo inconveniente en señalar la "satisfacción" de su partido por esta decisión de Zapatero. La misma satisfacción que le produjo, dijo, el definitivo rechazo del trasvase del Ebro y el compromiso de defender el reconocimiento del catalán en la Constitución Europea. Carod calificó estos compromisos como "pasos de gigante" indicativos de que Zapatero "está siendo coherente con lo que había anunciado" durante la campaña electoral y el debate de investidura.

Mas anunció ayer que el próximo jueves expondrá públicamente, en una conferencia, las condiciones que CiU considera "irrenunciables" para apoyar una reforma del Estatut. Adelantó que su pretensión es que la reforma estatutaria "quepa" en la Constitución, pero afirmó también que, si así no fuera, la federación "tendrá que pedir la reforma de la Constitución". Agregó que esto no debiera ser un obstáculo. Si se está dispuesto a reformarla para modificar el Senado o eliminar la ley sálica, dijo "¿por qué no para Cataluña?".

Las especulaciones sobre una eventual petición catalana de reforma de la Constitución fueron juzgadas totalmente prematuras por los socialistas. Iceta convocó a todos los partidos a "no participar en un juego de especulaciones" y derivar el debate a las propuestas concretas que permitan "un amplísimo acuerdo" sobre la propuesta de reforma estatutaria en vez de "quedarse en las grandes palabras".

En concordancia con este criterio, el líder del PP catalán, Josep Piqué, reiteró ayer que "no descartaría" el apoyo de su partido a una reforma del Estatut si el Parlament la plantea "en términos razonables", con respeto a las reglas del juego y al pacto constitucional. Sin embargo, Piqué mostró también sus dudas sobre la voluntad de los promotores de la reforma de plantearla precisamente "en términos razonables y sensatos". El consejero de Relaciones Institucionales, Joan Saura, que coordina los trabajos del Gobierno para la reforma del Estatut, pidió a Mas que ponga "todas sus energías y esperanzas en el terreno de lo positivo y no en el de la negatividad". Saura se mostró convencido de que la propuesta de reforma del Estatut será aceptada en las Cortes porque "será razonable, justa y con complicidades en el Estado". Agregó que es hora de ponerse manos a la obra y no de "hacer predicciones sobre qué ocurrirá si nos dicen que no". No obstante, destacó también que "difícilmente habrá un escenario político más favorable para el nuevo Estatut" que el actualmente existente, con una mayoría de izquierdas en las Cortes y un Gobierno del partido socialista en España.

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