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Reportaje:LA POSGUERRA DE IRAK

Powell: "Presidente, ¿está seguro?"

Bob Woodward revela en un libro las disputas internas en la Casa Blanca sobre Irak

"La gran noticia, para mí, no es cómo toma sus decisiones George W. Bush. La gran noticia es que América ha cambiado sobre cómo se lucha y se gana una guerra, y cómo, en consecuencia, eso hace más fácil mantener la paz a largo plazo. Y ése es el significado histórico de este libro, por lo que a mí respecta". El hombre que habla así es el propio Bush, en las páginas de Plan de ataque, el libro de Bob Woodward sobre los 16 meses previos a la guerra de Irak.

El mayestático Bush habla con el periodista de The Washington Post porque quiere contar ahora las razones de la guerra. ¿Y la historia, cómo cree que le juzgará?, le pregunta Woodward. "La historia. No sabemos. Estaremos todos muertos". A más corto plazo, Bush dice: "Estoy dispuesto a arriesgar mi presidencia por hacer lo que creo que es acertado".

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En el libro -otra excelente oportunidad para el lector, como el anterior escrito por Woodward, Bush en guerra, de entrar al Despacho Oval- el presidente revela que encargó en secreto, en noviembre de 2001, a Donald Rumsfeld, secretario de Defensa, la actualización de los planes del Pentágono sobre Irak.

Y se confirma que el secretario de Estado, Colin Powell, prácticamente no se habla con el vicepresidente, Dick Cheney, al que acusa de haber tomado datos de inteligencia en bruto como si fueran hechos y de organizar un Gobierno dentro del Gobierno con sus hombres.

Cheney, por su parte, cree que Powell estaba obsesionado con su propia popularidad y su futuro político.

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Aun así, Powell -del que se sospecha que ha ayudado a Woodward, porque la anterior conversación no procede de Bush, el único, con Rumsfeld, que habla on the record en el libro- cedió a la presión de Bush y fue a la ONU, en febrero de 2003, para exponer lo que se creía que eran las pruebas de las armas de destrucción masiva en manos del dictador iraquí, Sadam Husein.

A Bush le gusta que sus colaboradores le hablen en términos deportivos, y Tenet insistió: "George, ¿hasta qué punto confías? No te preocupes, es un slam dunk".

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