Los seguidores de Camps apuestan por el pragmatismo para cerrar heridas en el partido

La crisis desatada en el seno de la organización regional del PP a raíz del anuncio de la renuncia de Eduardo Zaplana a la presidencia regional ha durado tanto como el debate de investidura de José Luis Rodríguez Zapatero en el Congreso de los Diputados. Ángel Acebes, secretario general adjunto de Mariano Rajoy, dedicó toda la tarde de ayer a trasladar la importancia de aclamar a Francisco Camps como sucesor de Zaplana a todos los cargos orgánicos de relevancia en el partido en una junta directiva sin fecha precisa. Los seguidores de Camps, por su parte, apostaron por el pragmatismo para cerrar las heridas abiertas en la semana más convulsa que ha vivido el PP valenciano en muchos años.

"Hay tiempo para poner las cosas en su sitio", comenta un alto cargo

La rebelión del aparato del PP valenciano, en su inmensa mayoría fiel a Zaplana, contra el presidente de la Generalitat y secretario general del partido, para evitar que asumiera la presidencia de la organización, ha tropezado con la dirección nacional.

El presidente de la Generalitat atribuía a media mañana un calado "importante" a las reuniones y conversaciones que Acebes mantuvo a lo largo de la tarde con los alcaldes de las tres capitales valencianas, los titulares de las diputaciones, los presidentes provinciales y otras voces autorizadas en el seno del partido.

En el curso de una visita a la nueva sede del Colegio de Ingenieros de Telecomunicaciones Camps volvió a confiar en "el sentido común" del partido a la hora de acometer la sucesión de la presidencia regional.

Más explícito fue el delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Juan Cotino, quien recordó que Camps es el presidente de la Generalitat más votado de la historia: "Si los valencianos le dieron lo más", interpretó, "estoy convencido de que la mayoría también quiere que asuma la presidencia del partido". Cotino, que cesará de su cargo en los próximos días, aseguró haber reconsiderado su intención de retirarse de la política debido a los "desafíos" que el presidente de la Generalitat tiene por delante, "especialmente en la defensa de los grandes proyectos de la Comunidad Valenciana".

Cotino no los mencionó, pero los desafíos que afronta Camps en el seno del partido también son relevantes.

Un diputado provincial ponía el dedo en la llaga cuando mencionaba que la rebelión contra el presidente de la Generalitat ha generado "una foto fija" que revela el calibre de la división en el seno del partido.

José Joaquín Ripoll, presidente de la Diputación de Alicante y de la organización provincial del partido, "ha demostrado que controla hasta un 65% de la provincia", comentaba un alto cargo de la Generalitat.

Pero el respaldo que goza Serafín Castellano, presidente provincial de Valencia y portavoz en las Cortes, o Fernando Giner, presidente de la Diputación de Valencia, es mucho más frágil.

La rebelión de alcaldes encabezada por Rita Barberá contra las consignas del presidente provincial, valedor de Ripoll como heredero orgánico de Zaplana, constituye un toque de atención hacia Castellano. Varios alcaldes de su propia comarca se sentaron a la mesa invitados por Alfonso Rus, alcalde de Xàtiva, y Enrique Crespo, alcalde de Manises, para expresar su apoyo a Camps.

También acudieron a la cita la mitad de los diputados provinciales del PP, entre ellos dos vicepresidentes.

A pesar de la crudeza de las acusaciones que se han vertido unos y otros desde el pasado martes, varios seguidores de Camps apostaban ayer por "el pragmatismo para devolver las aguas a su cauce". "Hay tiempo", comentaba un alto cargo, "para poner las cosas en su sitio".

Otras fuentes sugerían que la operación de acoso al presidente de la Generalitat desarrollada por el aparato regional fiel a Zaplana formaba parte de una estrategia de largo alcance con varias ramificaciones. Una versión que explicaría la decidida intervención de Acebes en la crisis valenciana.

La junta directiva regional, inicialmente prevista para el marte, se celebrará a finales de la próxima semana o principios de la siguiente, según la dirección nacional.