Los relatos de la razón
Hay una sentencia del escritor argentino Fogwil que bien podríamos sumar a las ya célebres y respetadas a pie juntillas de Chéjov, Hemingway, Horacio Quiroga y Carver. "Creo que es mucho más importante pensar que contar, pero para imponer el arte de pensar hay que contar. La razón no se sostiene sin relatos". Estas palabras conforman algo más que una regla de oro para escribir relatos con sentido, suponiendo que hubiera reglas de oro en esta materia. Neutralizan aquella rudimentaria idea según la cual un libro de cuentos es un compendio de historias. A esta obviedad, Hemingway intentó ponerle remedio con la teoría del iceberg. Ricardo Piglia la completó con definitiva sabiduría en su argumento de los dos relatos, una idea que aparte de posibilitar la realización de cuentos dignos de llamarse tales, sirvió sobre todo para interpretar y sacarle todo el jugo posible a los grandes maestros del género. Este preámbulo vale para interpretar con mayores garantías Amigos y fantasmas, el último libro de cuentos de Mercedes Abad, al que sin duda lo sostiene, además de una escritura sólida y personal, un concepto del cuento bien desarrollado y mejor defendido desde la más pura ficción.
AMIGOS Y FANTASMAS
Mercedes Abad
Tusquets. Barcelona, 2004
217 páginas. 14 euros
Mercedes Abad también tiene su teoría del cuento. La expuso en una antología que recogía piezas de autores españoles. Curiosamente, en esta misma antología participaba Juan Bonilla que consideró más pertinente en lugar de una propia apoderarse de la idea del cuento de Fogwil que se cita al comienzo de esta reseña. En aquella oportunidad, la autora catalana defendía la proximidad del cuento con la novela y la poesía, aunque reconocía sus leyes específicas, y agregaba que "el cuento es un magnífico lugar desde el que observar la conducta humana en su insignificancia y su grandeza". Después de leer Amigos y fantasmas, me quedo con la teoría de Fogwil. Abad emplea varios resortes para hacer confraternizables sus historias. Hay una pieza que se titula 'Polinización simpática de un espécimen humano en trece horas y dieciséis minutos de observación sostenida'. Su protagonista es seguido por el narrador omnisciente en su cruce con multitud de personas cada una de las cuales representa un prototipo de la variada condición humana. Otro cuento es 'Hienas que ríen penas', en donde convergen distintos registros narrativos, una misma conciencia destripada desde diferentes ángulos. 'Un buen hombre', relato como otros del volumen, donde el narrador traba con el lector una instancia superior desde donde observar el carrusel de la especie humana. En este libro de 12 historias siempre hay razones para pensar. Mercedes Abad con buen tino narrativo conduce a sus criaturas por un mundo a veces incontrolable, casi siempre caprichoso y ruin. Criaturas con sus historias a cuestas gracias a las cuales podemos pensar la existencia.
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