Joyas con 75.000 años
Unas cuentas halladas en Suráfrica son el adorno humano más antiguo
Unas humildes conchitas perforadas, que debieron ser cuentas de un collar, pueden ser las joyas más antiguas conocidas. Tienen el tamaño de un guisante, una perforación idéntica todas, posiblemente practicada con la punta de una piedra, y marcas de desgaste como si hubieran estado engarzadas.
O estuvieron pintadas de rojo o en contacto con algo teñido con ocre. Son de hace 75.000 años. Las han encontrado unos arqueólogos en una cueva de la costa oriental de Suráfrica y para ellos son el más antiguo indicio firme de simbolismo de la mente humana.
El hallazgo, que se presenta hoy en la revista Science, supone adelantar en 35.000 años la edad de las piezas de adorno más antiguas que se conocían hasta ahora: unas cuentas hechas de cáscara de huevo de avestruz descubiertas en Kenia y que tienen unos 40.000 años. También hay otros adornos de cáscara de avestruz que se encontraron en Tanzania, pero su edad no está clara, y puede oscilar entre 45.000 y 110.000 años, informa Science.
Las piezas descubiertas tienen una perforación idéntica, posiblemente hecha con una piedra
Las 41 cuentas de la cueva surafricana de Blombos se han hallado en grupos de hasta 17 piezas y poseen el mismo tamaño, como si hubieran sido cuidadosamente elegidas con un propósito. Todas son de la especie N. kraussianus, un molusco de estuario. Ello hace pensar a los arqueólogos que aquellos remotos hombres que imaginaron collares en la edad de piedra las llevarían desde algún río hasta la cueva. Y se tomaron la molestia de pintar con un pigmento de óxido de hierro (el ocre) o las cuentas o algo que estuvo en contacto con ellas, porque tienen microscópicos residuos de color.
Pero los científicos no se fían de las apariencias y Christopher Henshilwood (Universidad de Bergen, Noruega) y sus colegas, han estudiado -y descartado- otras explicaciones. Son conchas de moluscos muy pequeñas para ser restos de alimento, y no fueron llevadas hasta la cueva por algún animal porque su único depredador también vive en los estuarios. ¿Tal vez viajaron en hierba acarreada hasta allí? Muy improbable, dicen los investigadores, porque son todas de individuos adultos. ¿Y todas perforadas y desgastadas de modo idéntico por algún fenómeno natural? Demasiada casualidad. Claro, que también hay algunas dudas: ¿por qué no aparecen instrumentos alrededor?, ¿por qué los agujeros no están en la parte más débil de la concha?
Desde luego, Henshilwood y sus colegas han estudiado a fondo su tesoro, pero no pueden contar cómo pensaban o soñaban aquellos individuos remotos que creaban adornos. Una pista: Henshilwood encontró en el mismo lugar dos "piezas decoradas", unos grabados abstractos en piedras y también con pigmento ocre.
Los expertos no están de acuerdo sobre cuándo empezó la humanidad a mostrar pensamiento simbólico complejo, pero coinciden en la importancia de la explosión artística de hace unos 40.000 años, cuando se produjo algo así como un Big Bang del comportamiento humano. Para unos es el inicio, pero otros sostienen que la expresión artística y el pensamiento abstracto surgirían antes y poco a poco.
El final del artículo de los científicos en Science es toda una invitación a profundizar el estudio: "En las sociedades humanas, las cuentas tienen diferentes funciones, todas eminentemente simbólicas. El lenguaje plenamente sintáctico es un requisito esencial para compartir y transmitir el significado del trabajo de las cuentas y de los grabados abstractos como los de la cueva de Blombos".
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