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Reportaje:

La lenta decadencia del psiquiátrico de Leganés

Sindicatos e historiadores de la zona sur denuncian el abandono que sufre el edificio, de estilo neomudéjar

El hospital psiquiátrico José Germain, en Leganés, es ahora apenas una sombra de lo que fue hace más de cien años: el centro para el tratamiento de las enfermedades mentales más importante de España. La parte más antigua del hospital, ubicada en el viejo manicomio de Santa Isabel, está compuesta por dos edificios ducales que fueron mansiones de los duques de Medinaceli y Tamames y que la reina Isabel II convirtió en institución psiquiátrica en el siglo XIX.

El Estado compró en 1868 los dos inmuebles, cerró la calle de Velasco y convirtió toda la parcela en un inmenso manicomio. Pero apenas quedan señales de que ese edificio llegó a albergar el centro psiquiátrico más importante de España, donde se alojaban los enfermos mentales de las familias más ricas del país. Los sindicatos y los historiadores de la zona sur denuncian que el inmueble se cae a pedazos, que está muy deteriorado y que ninguna autoridad hace nada para impedirlo. La dirección del centro responde que en los últimos meses ha invertido 350.000 euros en rehabilitaciones, que este año va a invertir 380.000 euros más y que la Consejería de Sanidad tiene previsto un plan integral para recuperarlo.

"La malla se puso para prevenir la caída de cascotes, también se han puesto apeos dentro del inmueble"

La creación de otras instituciones psiquiátricas a lo largo del siglo XX fue dejando en la sombra al centro de Leganés. Ahora, apenas 40 enfermos ocupan una parte del hospital, la más antigua y la que más deteriorada está. Otros 100 enfermos están ingresados en otra parte del complejo hospitalario, en unas dependencias situadas a unos dos kilómetros de la parte histórica.

Los sindicatos CC OO y UGT denuncian que el edificio antiguo se está cayendo a pedazos. "Parte del tejado se cae. Para evitar males mayores los bomberos y la Policía Municipal han tenido que colocar una malla en una parte de la fachada", denuncia Edilberto Gómez, responsable de Comisiones Obreras.

Algunas ventanas del centro hospitalario tienen los cristales rotos, y otras, las situadas en las zonas más bajas, han sido tapadas con ladrillos para que no se cuelen los ladrones. Pero la situación no es nueva. El deterioro viene de al menos unos 15 años, según los sindicatos. "A principios de los años noventa la Consejería de Sanidad y el Ayuntamiento de Leganés firmaron un acuerdo para que parte del manicomio pasase al Consistorio. Se gastaron 6.000 euros en hacer una maqueta y hablaron de invertir 1,2 millones de euros, pero nunca más se supo", cuenta Gómez.

El director del hospital, Javier Escalera, replica que en el último trimestre del año pasado el centro invirtió 350.000 euros en reparar la unidad de rehabilitación, donde están ingresados los enfermos, "la parte que peor estaba". "Se arreglaron los techos, entre otras cosas", explica. A ese dinero, el director suma los 380.000 euros que se van a invertir este año en cambiar puertas y ventanas, entre otros elementos. Además, Sanidad ha previsto un plan integral que se desarrollará en los próximos tres o cuatro años para acondicionar todo el centro. El plan pretende arreglar la capilla, la fachada, acondicionar los talleres que ahora están en unas naves prefabricadas...". El proyecto ya está hecho, estamos en ello", dice el director, en el cargo desde el pasado mes de julio. El Imsalud destituyó al anterior director, Miguel Ángel Barata.

Escalera reconoce que la parte más afectada es la fachada neomudéjar, la que ha tenido que ser tapada con una malla. "La malla se ha puesto para prevenir la caída de cascotes, también se han puesto apeos dentro del inmueble", describe, y añade que la zona donde está situada la malla está "deshabitada".

CC OO también critica que el hospital tiene pendiente de abrir, desde hace dos años y medio, un edificio multiusos con lavadero, cocina, farmacia y almacén. "Falta el dinero para comprar los muebles, y mientras, tenemos que utilizar un lavadero antiguo, pequeño, que funciona mal", aseguran desde CC OO.

Según Escalera, "el edificio multiusos ya está listo, sólo le faltan algunos retoques". "Industria ya ha venido a dar el alta a las instalaciones, sólo nos falta el plan de montaje, es decir, los muebles", agrega.

Los sindicatos no han sido los únicos en elevar la voz ante el deterioro del hospital. El Instituto de Estudios Históricos del Sur de Madrid, que reúne a investigadores e historiadores de la comarca, envió en febrero una carta a la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, donde denunciaban la deplorable situación del inmueble.

Un centro con problemas

Los problemas que en los últimos años ha tenido el psiquiátrico de Leganés no se ciñen sólo a los daños en el edificio. En los meses de mayo y junio del año pasado, los trabajadores pasaron "un auténtico infierno", según denunciaron los sindicatos. Doce empleados de la unidad de hospitalización breve, que atiende a pacientes en la fase aguda de su enfermedad, fueron agredidos por enfermos. En una ocasión, uno de los pacientes tuvo que ser reducido por la policía tras sufrir una crisis violenta.

CC OO también denunció a principios del año pasado que un importante número de enfermos del hospital había enviado un escrito de protesta a la dirección del centro por la calidad de la comida que se les suministraba a través de un catering. Varios enfermos, según el sindicato, se negaron a comer. Un informe interno de la dirección de enfermería reveló que los pacientes habían estado comiendo "croquetas rancias", "pescado con mal olor y sabor", "hamburguesas incomibles" y "albóndigas, pisto, legumbres, patatas y pollo muy, muy grasientos". Además, tanto los sindicatos como IU denunciaron hace año y medio los continuos robos que sufría el edificio, que ocupa un solar de más de 300.000 metros cuadrados.

Entre octubre y noviembre de 2002 los ladrones se llevaron 3.344 euros de los pacientes, un equipo de música y una cámara de vídeo de los talleres, así como recetas, según CC OO. En otra ocasión, los vándalos destrozaron el confesionario y varios muebles de la iglesia del complejo hospitalario. Tras los asaltos, la dirección reforzó las medidas de seguridad. Ahora, de momento, la situación se ha normalizado.

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