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El FMI descalifica la política fiscal de Bush y advierte de que frena el crecimiento mundial

El elevado déficit estadounidense es atribuido a la rebaja de impuestos y a la guerra de Irak

El Fondo Monetario Internacional (FMI)lanzó ayer una severa crítica, en pleno año electoral, contra la política fiscal de la Casa Blanca y advierte de que su elevado déficit puede tener "implicaciones adversas" para la economía mundial al provocar subidas de los tipos de interés. Si se mantiene la degradación actual de las cuentas públicas en EE UU, el FMI calcula que se puede perder un 4,25% del crecimiento de los países industrializados. El Fondo cree que se ha llegado a esta situación por los recortes de impuestos anunciados por Bush y el aumento del gasto por la guerra de Irak.

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La Reserva Federal estadounidense (Fed) -el banco central- lo dice abiertamente desde noviembre, pero sin concretar. Ahora, el toque de atención llega desde fuera y en plena lucha electoral de cara a las presidenciales de noviembre, donde la economía es un punto clave. El mensaje del FMI respecto a la política presupuestaria que se está orquestando en EE UU es claro: la Casa Blanca debe ser "más ambiciosa", "sensible", "prudente", y conseguir un equilibrio de sus cuentas públicas pronto, "en lugar de lo que se está proponiendo".

El déficit de EE UU se eleva en lo que va de curso fiscal a 299.470 millones de dólares, y el Gobierno prevé cerrar el ejercicio con 520.740 millones en números rojos, frente a los 374.250 de 2003. Todo esto sin incluir los costes ligados a las operaciones militares en Irak. El deterioro actual se cuantifica en un 7% del PIB. Lo llamativo es que Bill Clinton dejó las cuentas en enero de 2001 con un superávit de 236.000 millones.

Caída en picado

"Es la erosión más rápida en 50 años", señala el análisis dado a conocer ayer y que forma parte del World Economic Outlook de 2004. El FMI reconoce que los estímulos fiscales activados por el Gobierno estadounidense para salir de la recesión -aumento del gasto y recorte de impuestos- permitieron impulsar la recuperación a corto plazo. Pero ahora se le pone un límite a esta política y se dice que sus efectos positivos "son pequeños".

Todo lo contrario, afirma que "la reciente expansión fiscal puede tener implicaciones adversas para la economía mundial". Estados Unidos necesita captar una gran cantidad del capital existente en el mundo para financiar su déficit, y eso reducirá el dinero disponible para el sector privado, lo que elevará su precio, es decir, las tasas de interés en su propio territorio y en el extranjero. El alza en el precio del dinero perjudicará a América Latina y otras regiones en desarrollo, que tendrán que pagar más intereses por su deuda en dólares y recibirán menos flujos de capital, según el FMI.

Y para ilustrar estos "riesgos potenciales", se presentan tres escenarios. "El impacto a corto plazo es pequeño, pero a medio las pérdidas son grandes", afirma. Por eso, el FMI insiste en que "una consolidación temprana" podría minimizar los daños.

En la hipótesis de que se mantenga la política fiscal actual se calcula que el PIB estadounidense dejaría de crecer un 3,75% y un 4,25% en el caso del resto de países industrializados. El consumo privado caerá un 1,5% respecto al PIB y un 2% la inversión. En el caso de que se redujera el déficit para el año próximo, como prevé Bush -hasta los 364.000 millones-, el FMI calcula que su efecto sobre el crecimiento sería del 2%, del 0,75% en el consumo y del 1,25% en la inversión. Si la recuperación es rápida, sería del 0,75%, del 0,5% y del 0,75%, respectivamente.

Pero el FMI no se cree la promesa de Bush de recortar el déficit a la mitad para 2009. Y para remachar su análisis, le echa un jarro de agua fría a la política de recortes fiscal. "Si no se contiene el incremento del gasto, el déficit se mantendrá en el mismo nivel respecto al PIB durante un década". Y dice que será duro para volver a equilibrar las cuentas. "Incluso si el crecimiento es mayor que en los años ochenta, la presión fiscal será mayor debido a la jubilación de la generación del baby boom y al envejecimiento de la población", explica.

Por otro lado, el FMI afirmó que el crecimiento económico de China es beneficioso para el resto del mundo, aunque alertó sobre las "pérdidas significativas" que podrían sufrir algunos sectores.

Pese a los augurios del FMI, ayer la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) dijo que el crecimiento del PIB en Estados Unidos será del 4,5% en 2004 y del 3,7% en 2005. A renglón seguido, advierte sobre la necesidad de que reducir el déficit debe ser la principal prioridad.

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