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Reportaje:

Contra la indiferencia

Médicos Sin Fronteras exhibe en Burjassot una muestra fotográfica sobre la falta de acceso a medicamentos

Cada año mueren 14 millones de personas por enfermedades infecciosas como la tuberculosis, la malaria, la enfermedad del sueño, el Chagas o las leishmaniasis. Pese a estas cifras, está prácticamente paralizado el desarrollo de nuevos medicamentos destinados a tratar a estos pacientes, el 90% de los cuales reside en países en vías de desarrollo. En el mejor de los casos, existe una medicación que se desarrolló hace años, que provoca efectos secundarios importantes y cuya eficacia para combatir microorganismos resistentes a los fármacos es cada vez menor. Es el caso del melarsoprol, un derivado del arsénico creado hace más de 50 años, tan tóxico que mata a una de cada 20 personas a las que se administra para combatir la enfermedad del sueño. Pese a ello y a las resistencias crecientes del parásito al fármaco es el medicamento más usado para tratar los estadios avanzados de la dolencia. En otras ocasiones sí hay medicamentos totalmente eficaces, pero son retirados del mercado porque no resultan rentables. Médicos del Mundo recuerda el caso de un compuesto alternativo para tratar la segunda fase también de la enfermedad del sueño que dejó de producirse exclusivamente por razones de mercado.

Para denunciar esta situación, MSF expone en la sala polivalente del Centro Cultural Tívoli de Burjassot la muestra fotográfica Olvidados: pobres y sin acceso, que permanecerá abierta hasta el 26 de abril y que refleja, como señalan los organizadores, "el día a día en la vida de las víctimas de cinco enfermedades olvidadas y de los equipos médicos que les proporcionan asistencia".

La exposición recoje la labor desarrollada por el fotógrafo Serge Sibert -colaborador de la revista GEO- y la periodista y escritora Laurence Binet. Ambos viajaron durante un año por tres continentes siguendo a los equipos médicos de MSF y recogieron de primera mano la lucha diaria de cientos de familias y comunidades contra cinco enfermedades olvidadas. Acudieron a Uganda y el sur de Sudán para abordar los efectos de la enfermedad del sueño, que amenaza a más de 60 millones de habitantes de 36 países del África Subsahariana y que afecta a entre 300.000 y 500.000 personas. En Honduras reflejaron los efectos de la enfermedad de Chagas -también conocida como la tripanosomiasis americana- que es frecuente en los 17 países latinoamericanos. De México a Chile amenaza a una cuarta parte de la población y con 18 personas infectadas es la tercera enfermedad tropical más común del mundo. Para seguir los efectos de la tuberculosis, prácticamente extinguida y que ha resurgido con fuerza ligada al sida, acudieron a Abjasia. Perú ocupa el episodio dedicado a la leishmaniasis -que afecta a 12 millones de personas- y Camboya el referido a la malaria, que amenaza al 40% de la población mundial, infecta a 500 millones al año, en su mayoría del África subsahariana y mata a dos millones.

La muestra refleja el vacío que existe entre buena parte de la industria farmacéutica y los pacientes de los países menos favorecidos. MSF ilusta esta situación con un hecho: de los 1.393 nuevos fármacos aprobados entre 1975 y 1999 sólo 13 -ni siquiera el 1%- estaban indicados para tratar enfermedades tropicales. Para la organización no gubernamental la falta del impulso político de las administraciones públicas destinadas a potenciar la investigación y el desarrollo de nuevos productos ha permitido a la industria privada fijar sus prioridades libremente. Así, no hay dinero para la leishmaniasis o la enfermedad del sueño pero sí para afecciones leves como la calvicie o la disfunción eréctil. Como señalan sus organizadores, "la muestra pretende luchar contra una indiferencia que, sin lugar a dudas, puede matar".

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