La bienal del Whitney regresa a una órbita menos experimental
Golan Levin, el niño mimado del MIT, emplea buscadores, estadísticas y programas para saber la popularidad de los números, del cero al millón
El museo Whitney de Nueva York acoge hasta el 30 de mayo la bienal más tradicional de las últimas tres ediciones. El arte digital, que había sido incluido en el normal recorrido del acto ya en la pasada bienal, ha sido asimilado e integrado por el sistema del arte, siempre y cuando responda a cánones fácilmente identificables y codificables.
Los comisarios Chrissie Iles, Debra Singer y Shamin Momin han privilegiado obras fácilmente reconducibles a prácticas artísticas ya sabidas, reduciendo drásticamente el espacio para la experimentación y el atrevimiento. Es el caso de Learning to love you more, un sitio donde Harrell Fletcher y Miranda July publican las obras enviadas por los internautas en respuesta a sus convocatorias temáticas. Como la mayoría de ellas son pinturas, dibujos, fotografía, vídeos o instalaciones, la red vuelve a su papel de mero soporte de experiencias pensadas para el espacio físico.
Mucho más vinculada al análisis del desarrollo digital la obra de Cory Arcangel, que, tras realizar el brillante Carnivore Project (basado en la apropiación artística de un programa de interceptaciones en Internet concebido por el FBI), centra su interés en la tecnología informática de la década de 1980.
Arcangel participa en la bienal con Super Mario Bros. Clouds v2k3, una instalación basada en una modificación del célebre juego, del que salva sólo las icónicas nubes flotantes.
Golan Levin, el niño mimado del MIT definitivamente convertido en artista de moda, presenta su personal reflexión sobre los números en The Secret Lives of Number, donde emplea programas informáticos, motores de búsqueda e investigaciones estadísticas para determinar la popularidad de cada uno de los números desde cero hasta un millón.
Resulta curiosa la fama de la que gozan determinados números, a los que la conciencia colectiva atribuye significados metafóricos como el 911, que se identifica con los atentados en Nueva York o el 666, considerado el número del diablo.
El único español seleccionado es el barcelonés Joan Leandre, coorganizador del festival de vídeo OVNI. Participa con The Velvet-Strike, una modificación pacifista del popular videojuego de guerra Counter-Strike, realizada con los estadounidenses Anne-Marie Schleiner y Brody Condon.
También en esta edición, muchos artistas incorporan tecnologías electrónicas y digitales en sus obras. Todas ellas se presentan en un sitio web creado para la ocasión, que cuenta con diferentes recursos informativos muy interesantes... lástima que sólo se pueda ver con Flash 7, la ultimísima versión del programa.
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