Primera condena a un empresario navarro por atentar contra la salud de sus empleados

Un juzgado de lo Penal de Pamplona ha impuesto la primera condena contra un empresario navarro por atentar contra la salud de sus trabajadores. Luis Fernando García, de 42 años, administrador único de dos empresas de curtidos de la localidad de Valtierra ha sido condenado a seis meses de cárcel y una multa de 1.620 euros por carecer de las medidas de seguridad e higiene obligatorias para el manejo de productos químicos.

El acusado ha aceptado los cargos presentados por el fiscal. Los sindicatos valoran la sentencia positivamente dado su carácter preventivo, ya que no se produjeron accidentes ni se detectó la existencia de enfermedad. No obstante, estiman que la pena es "muy suave" y pierde por ello su "carácter ejemplarizante", en palabras de Iban Pérez, responsable de salud laboral de LAB. Los siete empleados de ambas empresas eran de nacionalidad ecuatoriana, marroquí y colombiana. El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil realizó en 2002 la investigación por encargo de la fiscalía y constató las deficiencias sanitarias y descubrió además vertidos de aguas residuales sin depurar. Meses después, el Gobierno navarro ordenó la paralización de la actividad.

El juicio se celebró el pasado mes de marzo. En su sentencia, el titular del juzgado de lo Penal número 2 de Pamplona subraya que la actividad de curtido de pieles se venía realizando desde 1989 sin los permisos de actividad y apertura, Ambos negocios carecían incluso de las licencias de enganche de agua, luz y gas, y de permiso legal para ejercer la tarea industrial de curtido. El inculpado no disponía tampoco de planes de prevención de riesgos y contrataba inmigrantes sin los correspondientes permisos. En algunos casos no les realizaba los contratos de trabajo.

"El peligro para los trabajadores era muy real, grave y concreto", afirma el juez, que enumera la existencia de maquinaria desprovista de dispositivos de protección y el uso obligado por los empleados de productos químicos causantes de irritación ocular y cutánea, sin que la empresa les brindara elemento de protección alguno.