_
_
_
_

Aznar nombró siete embajadores y dos altos cargos de Exteriores cuando ya estaban disueltas las Cortes

Las plazas de Luxemburgo y Lituania fueron cubiertas nueve días antes de las elecciones

El Gobierno de José María Aznar nombró, a propuesta de la ministra de Exteriores, Ana Palacio, siete embajadores y dos altos cargos de ese ministerio entre el 13 de febrero y el 5 de marzo, cuando ya estaban disueltas las Cortes. La costumbre en estos casos es que tales nombramientos, si son inevitables, se acuerden con la oposición. Pero el Gobierno del PP, seguro entonces de su victoria electoral, no cumplió el trámite.

Tampoco puede decirse que hubiera necesidad de cubrir esas plazas con urgencia, ya que alguna de ellas ni siquiera estaba vacante y otras, lo estaban desde hace mucho tiempo.

Este último es el caso de la Embajada en Malta, que el Gobierno de Aznar cerró años atrás, transfiriendo la representación a la Embajada de Roma, para ahorrar gastos, y que ahora ha tenido que ser reabierta debido a que Malta ingresará en la UE el 1 de mayo.

El 20 de febrero, el Consejo de Ministros nombró embajadora en Malta a Rosa María Boceta. Sorprendentemente, la referencia oficial de aquella reunión del Gabinete no incluye este nombramiento, que sí fue publicado en el BOE del sábado 21 de febrero.

La Embajada de Luxemburgo estaba, en cambio, plenamente dotada, ninguna instancia ha apuntado razones por las que hubiera que relevar a su titular en unas vísperas electorales.

El 5 de marzo, sin embargo, el penúltimo Consejo de Ministros previo al 14-M designó embajador en esa capital, siempre a propuesta de Palacio, a Julio Núñez Montesinos. Se da la circunstancia de que este diplomático está casado con Rosario Silva de Lapuerta, hija del ex ministro franquista Federico Silva Muñoz y juez del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas, con sede en Luxemburgo. Silva fue promovida por el Gobierno español a dicho cargo en octubre.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

La reunificación familiar del matrimonio Núñez-Silva, hecha posible por el nombramiento como embajador de Núñez, ha causado algún estupor en medios jurídicos, ya que la juez, que deberá abstenerse en todos los temas en los que estuvo previamente personada, cuando ejercía en este mismo tribunal como abogado del Estado, habrá de verse en la tesitura de juzgar nuevos casos en los que el Gobierno español sea parte.

Nadie ha dicho que el hecho de ser simultáneamente "embajadora" de España en Luxemburgo -trato que suele darse por deferencia a las esposas de los embajadores- comprometa la independencia de la juez Silva, pero la situación no tiene precedentes en el Tribunal de las comunidades.

La designación de Núñez introdujo, además, otra variable de cambio, ya que el designado dejaba vacante la Secretaría General Técnica, uno de los puntos claves del puente de mando de Exteriores. El mismo 5 de marzo fue nombrado para ese cargo Ignacio Matellanos Martínez. El nuevo secretario dejó vacante la Embajada en Managua, que no se ha cubierto, y tomó posesión después de las elecciones, cuando el PSOE ya había ganado y anunciado su intención de cambiar la política y la dirección del ministerio.

Un tercer nombramiento de aquel Consejo de Ministros del 5 de marzo fue el de Fidel López Álvarez como embajador en Letonia. Fue la última en cubrirse de las embajadas recién abiertas en los países bálticos, con el motivo, igual que en el caso de Malta, de su ingreso en la UE.

Una semana antes, el 27 de febrero, el Gobierno había designado a Miguel Bauzá y Moré embajador en Estonia y a Emilio Lorenzo Serra, embajador en Letonia. La misma reunión del Gabinete cubrió otra embajada de nueva creación, la de Omán, con el nombramiento como embajador de Juan Luis Flores Arroyuelo.

El séptimo embajador designado por Aznar con las Cortes disueltas, el 13 de febrero, es el de Oslo. Se trata de Fernando Alvargonzález San Martín, que dejó vacante la Dirección General de Asuntos Consulares. El puesto fue cubierto en la misma fecha con el nombramiento de Rafael Fernández Pita-González, segundo alto cargo de Exteriores designado por el Gobierno saliente en sus días postreros y que ahora hereda el Gobierno de Zapatero.

La continuidad de estos y otros dirigentes es una de las primeras decisiones que habrá de adoptar el futuro ministro, Miguel Ángel Moratinos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_