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Crónica:FÚTBOL | 31ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Betis aprovecha la siesta

El Deportivo dilapida dos goles de ventaja al consentir la crecida del cuadro sevillano

Xosé Hermida

Los titulares de prensa sólo hablaban del Milan. Los periodistas preguntaban más por el Milan que por el Betis. Hasta el entrenador, Javier Irureta, admitió en la víspera que había planteado el partido como un ensayo general ante la visita de los italianos, el próximo miércoles. Y cuando el Deportivo se puso con dos goles por delante, en un breve lapso de cuatro minutos de la primera parte, dio la impresión de que el choque estaba concluido y ya había comenzado la esperada vigilia del duelo ante el Milan. El Depor se tumbó para echar la siesta y consintió que el Betis, poca cosa hasta entonces, fuese creciendo ante la pasividad de su rival. Dos tiros de falta bastaron a los sevillanos para castigar la molicie blanquiazul.

DEPORTIVO 2 - BETIS 2

Deportivo: Molina; Manuel Pablo, César, Andrade, Capdevila; Duscher (Pandiani m. 75), Mauro Silva; Víctor (Sergio m. 46), Valerón, Luque (Munitis m. 46); y Tristán.

Betis: Prats; Tais, Juanito, Rivas, Luis Fernández; Assunçao (Fernando m. 58); Joaquín, Arzu, Benjamín, Denilson (Cañas m. 84); y Tote (Dani m.68).

Goles: 1-0. M. 13. Contragolpe de Víctor, que abre para Luque, en el vértice izquierdo del área, y el remate de éste, raso y por el centro, se cuela por debajo del cuerpo de Prats. 2-0. M. 17. Nuevo contraataque local que resuelve Víctor desde la frontal del área. 2-1. M. 32. Golpe franco al borde del área local, que lanza Assunçao y la pelota entra tras tocar en la escuadra. 2-2. M. 71. Benjamín saca una falta al larguero y el rebote lo transforma Dani.

Árbitro: Teixeira. Expulsó a Tais (m. 88) por doble tarjeta y enseñó una a Duscher, Mauro Silva, Luis Fernández, César y Tais.

Unos 28.000 espectadores en Riazor.

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Sólo dos candidatos

El Betis dejó una impronta extraña. No se puede decir que jugara mal, porque, como todos los equipos de Víctor Fernández, tejió el fútbol con mimo de la medular hacia delante. Pero, a pesar de sus buenos fundamentos, casi siempre pareció inofensivo. Sobre todo -y ése también es un defecto que repiten a veces los equipos de Víctor, tan comprometidos con el buen juego- se le vio blando en las dos áreas. Sus centrales nunca infundieron seguridad, y en el ataque Tote volvió a mostrarse como un futbolista que vive para los detalles, todo lo chispeantes que se quiera, pero las más de las veces perfectamente superfluos. El Betis ni siquiera inquietó por los costados, antaño tan temidos y en los que ayer vagaron Joaquín y Denilson intentando una y otra vez regates fallidos.

Víctor, como tantos técnicos que se enfrentan al Depor, planteó el choque con la idea fija de atosigar a Valerón, para lo que prescindió del volante de enganche y situó a tres medios centros defensivos. La fórmula enmarañó al Depor en el arranque del partido, cuando el Betis se adueñó del corazón de la cancha. El equipo de Irureta solventó el problema tirando de contragolpe. Dos pelotas perdidas por el Betis en campo contrario, con apenas cuatro minutos de diferencia, sirvieron al Depor para salir tocando con la rapidez y la destreza que le distinguen en sus mejores momentos. Víctor protagonizó ambas jugadas. En la primera dio el pase de gol a Luque, quien tampoco disparó demasiado bien, pero el portero Prats, para confirmar la debilidad defensiva de su equipo, levantó el cuerpo justo en el momento en que le llegaba la pelota. Víctor se encargó de marcar el segundo personalmente, con un remate raso y diagonal, muy bien dirigido.

El asunto parecía tramitado, porque el rival no asustaba a nadie. Y el Depor se dedicó a administrar todas las fuerzas que necesitará para el titánico desafío de voltear la eliminatoria contra el Milan tras el contundente 4-1 de San Siro. Sin ofrecer grandes síntomas de mejoría, el Betis volvió a engancharse al partido gracias a una falta que Assunçao convirtió en un prodigio de precisión. El brasileño remató, desde el borde del área, casi con displicencia. Su rosca se fue a la escuadra, tocó ligeramente la madera y se coló sin remedio. Ni con un traje de superhéroe volador hubiese alcanzado Molina aquella pelota.

El tanto del Betis no pareció alarmar a nadie. El Depor siguió jugando con cierta suficiencia, e Irureta hasta se permitió una licencia poco habitual en él, sobre todo con un marcador tan apretado. A esas alturas de partido, el técnico sólo veía las camisetas rojinegras de su rival del miércoles y aprovechó el descanso para relevar a Luque y a Víctor. Víctor Fernández también pareció firmar la capitulación, cuando mandó a la caseta a Assunçao, quien, a pesar de los síntomas de cansancio, parecía el único argumento ofensivo de los visitantes ante la desaparición de Tote, Joaquín y Denilson. Pero el sueño del Depor se fue haciendo tan profundo que al Betis no le quedó más remedio que alzar la voz. El empate estuvo cargado de ironía. Con Assunçao en la ducha, el cuadro de Víctor demostró que tiene otros lanzadores de faltas. En esa ocasión fue Benjamín, quien remató al larguero. Dani, que acababa de entrar, estaba al quite, fue más rápido que nadie y convirtió el rechace en gol. La tardía reacción local ya no sirvió para nada. Si alguna posibilidad le quedaba al Depor de pelear aún por la Liga, se le fue definitivamente en su monumental siesta de ayer.

Luis Fernández corta el avance de Luque.
Luis Fernández corta el avance de Luque.EFE

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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