La legislatura arranca con enfrentamiento
El Congreso elige presidente al socialista Marín y el PP tilda sus propuestas de antidemocráticas
Primera sesión para constituir el Congreso y primer enfrentamiento del PP con el PSOE. El socialista Manuel Marín, elegido presidente de la Cámara, entró en su discurso en lo que él mismo llamó "zona de riesgo" y dibujó el papel que, a su juicio, debe desempeñar el órgano rector del Congreso. Además de afirmar que "todos los miembros de la Mesa forman parte de mi equipo", Marín pidió que la Mesa no sea "el territorio de la emboscada parlamentaria" ni "el último recurso para resolver lo que no se pudo resolver en el hemiciclo y en la Junta de Portavoces". El portavoz del PP, Eduardo Zaplana, replicó, nada más concluir la sesión, que pretender la ausencia de conflictos en la Mesa o en la Junta de Portavoces "no es propio de un sistema democrático".
El Rey iniciará el lunes las consultas para proponer candidato a presidente del Gobierno
Los siete diputados del PNV acataron la Constitución "por imperativo legal"
La sesión se abrió presidida por el diputado popular Feliciano Blázquez, el de mayor edad de la Cámara, que pidió un minuto de silencio por las víctimas del 11-M, agradeció la labor de los diputados que ya no repiten en esta octava legislatura y dio la bienvenida a los que se incorporaban a la tarea parlamentaria.
Ordenó la votación para presidente de la Cámara y el socialista Manuel Marín, como estaba previsto, resultó elegido con 202 votos, es decir, los del PSOE y los del resto de la oposición, excepto el PP. Hubo 142 votos en blanco, tres nulos y dos para José Blanco, secretario de organización del PSOE. Estos 147 votos, junto a la ausencia de un diputado del PP que llegó tarde y no pudo participar en la votación suman los 148 escaños con los que cuentan los populares.
Se votaron luego las cuatro vicepresidencias: la primera para Carme Chacón (PSOE con 125 votos), la segunda para Jordi Vilajoana (CiU, 77 votos), la tercera la ocupará Gabriel Cisneros (PP, 75 votos), y como vicepresidente cuarto fue elegido Ignacio Gil Lázaro (PP, 72 votos).
En las votaciones de los cuatro secretarios de la Mesa el PSOE fue víctima de su propia trampa: votó tres candidatos, en lugar de dos y su diputado se vio relegado a la secretaría tercera.
María Jesús Sainz (PP), con 75 votos será la primera secretaria del Congreso; Celia Villalobos, ex ministra de Sanidad con el PP, obtuvo 72 votos y será secretaria segunda, mientras que el socialista Javier Barrero (PSOE, 71 votos) ocupará la secretaría tercera y la diputada Isaura Navarro (IU-ICV, 67 votos) será la secretaria cuarta.
La nueva Mesa ocupó sus escaños en la presidencia de la cámara y el presidente, Manuel Marín acudió antes al escaño de su antecesora, la popular Luisa Fernada Rudi, para saludarla; después lo hizo con el líder socialista, José Luis Rodríguez Zapatero y, por fin, se encaramó a la tarima presidencial, ocupó el sillón de la presidencia y ordenó que se fuese nombrando a los diputados por orden alfabético para que prestasen acatamiento a la Constitución, mediante juramento o promesa, que es la fórmula legal para que adquieran la condición plena de parlamentarios.
En ese trámite se produjo la primera sorpresa: el 30 de noviembre de 1989, PSOE, PP, CiU y PNV unieron sus votos para modificar el reglamento del Congreso e impedir que los diputados de HB pudieran tomar posesión de su escaño, con una fórmula distinta a "sí, juro" o "sí, prometo". Pretendían adquirir la condición de diputados anteponiendo al juramento o promesa de la Constitución la fórmula "por imperativo legal". El Tribunal Constitucional terminó por darles la razón y ayer, los siete diputados del PNV, por primera vez desde 1977, se acogieron a la fórmula que HB logró legalizar.
Josu Erkoreka, portavoz del PNV en el Congreso explicó, más tarde, que había sido una decisión tomada de forma autónoma por los integrantes del grupo, "por votación y de forma mayoritaria" y sin que su actitud hubiese sido sugerida por la dirección del partido. Según declaró a este periódico lo hicieron a la vista de que otros grupos iban a utilizar la misma fórmula.
Acertaron porque "por imperativo legal", prestaron acatamiento a la Constitución, los ocho diputados de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), los dos del BNG y las representantes de Eusko Alkartasuna (EA) y Nafarroa Bai (NB), Begoña Lasagabaster y Uxue Barcos, respectivamente. Total: 19 imperativos legales frente a la Constitución, el 6,65% de los 350 diputados del Congreso.
Más tarde, en conferencia de prensa, el portavoz del PP, Eduardo Zaplana, se refirió a ellos así: "No queremos tener nada que ver con ellos", porque, demuestran que "no respetan la norma de convivencia de los españoles".
Al margen del ritual tedioso que imponen las votaciones nominales, con papeleta y su correspondiente recuento, el interés político de la sesión se trasladó al discurso del nuevo presidente.
Arrancó con palabras muy elogiosas para Feliciano Blázquez que había presidido la Mesa de Edad y, casi de inmediato, adelantó una advertencia "Tal vez me equivoque", por no hacer un discurso puramente ritual, pero, añadió: "Prefiero correr el riesgo de entrar directamente en materia".
Y entró anunciando que considera como tarea principal reformar el Reglamento de la cámara, un proyecto que viene embarrancando desde hace doce años. Anunció a la diputados que está decidido a "conseguir este objetivo" y que como presidente necesita "restacar -digo rescatar-", remachó, "los mejores momentos de este hemiciclo, cuando la voluntad y la capacidad negociadora se impusieron siempre a la capacidad de obstrucción".
Era una referencia clara a la época inicial del consenso, palabra de la que dijo que no necesitaba siquiera pronunciarla: "Porque hasta los muros de este hemiciclo entienden el mensaje que estoy transmitiendo".
Marín dio un paso más y anunció que quería concluir su discurso entrando en "zona de riesgo" y para ello se calzó las botas de las propuestas políticas y empezó a triscar el camino de las sugerencias a los diputados, sobre todo a los de los de la oposición.
Marín se arriesgo a explicarles lo que la Mesa, el órgano de dirección de la cámara, "no debería ser" y dijo que "no puede ser esta legislatura el territorio de la emboscada parlamentaria. La Mesa no puede ser el último recurso para resolver lo que no se pudo resolver en el hemiciclo o en la Junta de Portavoces".
Luego, se dirigió, sin citarlo por su nombre, al diputado del PP, Gabriel Cisneros y dijo estar "convencido que tener en el equipo a un ponente constitucional" le ayudará "para hacer comprender a todos que el consenso consiguió en este hemiciclo resolver cuestiones muy difíciles y en alguna que otra sesión nocturna producir casi hasta milagros". "Protejan a la Mesa, independientemente de las emociones del momento, protejan a la Mesa y, en la medida que puedan, a su presidente. En Junta de Portavoces, discutan, negocien y busquen compromisos; en el hemiciclo, debatan, expliquen y voten. Protejan a la Mesa y a su presidente porque tal vez sea útil para todos, cuando lleguen los momentos difíciles, disponer de una referencia de equilibrio y de arbitraje en esta casa", señaló.
Estas palabras fueron interpretadas por Eduardo Zaplana, nada más terminar la sesión, del siguiente modo: "Las llamadas a la unanimidad no son propias de un sistema democrático", además calificó de "trilerismo político" el intento del PSOE de conseguir tres secretarios en la Mesa y le reprochó a Manuel Marín que no hiciese la más leve mención a su antecesora, Luisa Fernanda Rudi.
El nuevo Presidente del Congreso acudió por la tarde al palacio de La Zarzuela para dar cuenta al Rey, de la constitución del Congreso.
El próximo lunes, don Juan Carlos comenzará las consultas con los representantes de los partidos para proponer un candidato a la presidencia del Gobierno que, con toda seguridad será José Luis Rodríguez Zapatero, líder del PSOE, el partido más votado el pasado 14 de marzo.
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