Ingresa en prisión un albañil que trabajaba en la casa de Chinchón
El juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo ordenó ayer el ingreso en prisión incondicional e incomunicada del marroquí Otman El Gnaout, que trabajaba de albañil en la casucha de Chinchón (Madrid) en la que fueron ensambladas las mochilas bomba usadas en los atentados del 11-M.
El Gnaout dijo al juez que el inquilino de la casa, Jamal Ahmidan, El Chino y Mowgli, le había ordenado la semana de los atentados que no fuera por la casa. El juez, sin embargo, ha ordenado su prisión por presunto delito de colaboración o pertenencia a banda terrorista.
El magistrado dejó en libertad, pero con la obligación de fijar un domicilio donde estar localizables, a los sirios Mohamad Badr Ddin Akkab y Waanid Altaraki Almasri. Badr es propietario de la finca de Chinchón y su cuñada la habría alquilado a El Chino. Los dos sirios son conocidos de El Tunecino, presunto coordinador de los atentados, pero no se ha considerado que ese indicio sea suficiente para decretar su prisión. La cuñada de Badr no ha sido llamada ante el juez, si bien ya declaró ante la policía.
Fouad El Morabit Anghar quedó en libertad, aunque el juez le ha impuesto comparecencias diarias en el juzgado hasta tanto no se aclare su participación en los hechos. El Morabit ya estuvo detenido y fue puesto en libertad por falta de indicios contra él, pero posteriormente fue arrestado de nuevo al comprobarse que sus huellas dactilares estaban en la casa de Chinchón.
Antonio Toro Castro también quedó en libertad, después de declarar que coincidió en la prisión de Villaboba (Asturias)con el magrebí Rafa Zuheir y que al salir de la cárcel le puso en contacto con unos amigos y también con su cuñado José Emilio Suárez. Esa fue la vía utilizada por los terroristas para hacerse con la dinamita goma 2 Eco emplazada en los atentados, que pagaron con dinero y droga.
Por otro lado, Instituciones Penitenciarias ha decidido trasladar a la cárcel de León al presunto jefe de la célula española de Al Qaeda, Imad Eddin Barakat Yarkas, Abu Dahdah, para evitar que haya un grupo numeroso de presos vinculados con el terrorismo islámico en la misma prisión.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
Los muertos por los ataques de Estados Unidos contra supuestas narcolanchas superan el centenar
El Gobierno de Gustavo Petro anuncia la emergencia económica
Las autoridades detienen a ‘Delta 1′, líder de Los Deltas y socio del hijastro del Mencho
Sílvia Orriols inaugura la sede de Aliança en Barcelona, con un alquiler de 3.000 euros
Lo más visto
- El Supremo condena a ‘Okdiario’ y a Eduardo Inda por intromisión en el honor de Iglesias al acusarle de cobrar de Venezuela
- Los pagos del Gobierno de Ayuso a Quirón engordan con facturas de hace una década y sin pagar desde tiempos de Cifuentes
- Más de 40 congresistas demócratas piden por carta a Trump que cese en sus “intentos de socavar la democracia en Brasil”
- La princesa Leonor realiza su primer vuelo en solitario como parte de su formación en el Ejército del Aire
- Los hijos de Isak Andic negocian un acuerdo para pagar 27 millones a la pareja del empresario y cerrar el conflicto por el legado




























































