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El crudo escala hasta los 33 dólares, el precio anterior a la guerra de Irak

La OPEP decide el miércoles si anula un recorte de producción de un millón de barriles

Fernando Gualdoni

El precio del petróleo se ha encarecido un 14% en lo que va de año, y en los últimos 12 meses ha recuperado todo lo perdido tras la guerra de Irak, cuando aún se pensaba que después de un conflicto breve y contundente la abundancia del crudo iraquí al alcance de Occidente iba a reducir la cotización del petróleo. Nada más lejos de la realidad. El barril se cotiza estos días en torno a 33 dólares en Londres y a 37 en Nueva York, socavando la recuperación económica. La OPEP decide el miércoles si anula un recorte de producción de un millón de barriles. Si no lo hace, la crisis se agravará.

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La escalada de los precios del crudo se debe en buena parte a que, un año después de terminada la guerra, la producción iraquí no llega a los dos millones de barriles diarios, medio millón por debajo del nivel previo al conflicto y del potencial de extracción del país, calculado entre cuatro y seis millones de barriles.

No obstante, la escasa recuperación del sector petrolero iraquí no es la única razón. El crudo también se ha disparado por la baja producción de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), los conflictos en grandes países productores como Venezuela o Nigeria, el bajo nivel de existencias en EE UU justo cuando la demanda va a dispararse por la llegada del verano, el fuerte aumento de la demanda de China, la escalada de la violencia en Oriente Próximo, movimientos especulativos derivados de la debilidad del dólar y, en general, por la constante sensación de incertidumbre que ha mantenido en vilo al mercado petrolero en el último año.

Esa inquietud ha estado la última semana más a flor de piel que nunca y seguirá estando hasta que el miércoles la OPEP, que produce dos tercios del crudo mundial, se reúna en su sede de Viena y confirme si pone en marcha su recorte de producción de crudo de un millón de barriles diarios a partir del 1 de abril, hasta un nivel de 23,5 millones. El cartel tomó la decisión del recorte en la pasada reunión del 10 de febrero en Argel, pero el barril se ha encarecido casi tres dólares desde entonces y ahora hay voces entre los 11 miembros que sugieren anularla o aplazarla.

Aplazamiento de la medida

Irán y los Emiratos Árabes Unidos lanzaron la propuesta del aplazamiento, aunque en principio fue rechazada por otros miembros de la organización, como Venezuela y Qatar. En los últimos días, esos países han aflojado su posición y, según fuentes del cartel, el consenso para suspender la medida es cada vez mayor porque la OPEP no quiere "desestabilizar el mercado". El ministro de Petróleo de Omán, Mohamed bin Hamad bin Saïf Al-Romhi, que asistirá a la reunión de Viena, confirmó anoche que la OPEP discutirá la propuesta de aplazar el recorte.

La verdadera razón detrás del cambio de posición está en el tirón de la demanda de crudo de China y EE UU, que sorprendió al cartel a pesar de que estaba siguiendo muy de cerca la evolución del consumo en esos países. De cancelarse la medida, la OPEP mantendría su producción oficial de 24,5 millones de barriles diarios, que, extraoficialmente, se situó en 26 millones en febrero pasado, excluido Irak.

La OPEP cree ahora que la demanda no se reducirá en el segundo trimestre, como suele pasar cada año, y que, en el peor de los casos, se mantendrá en los niveles actuales, en torno a los 81 millones de barriles diarios. El cartel también ha calculado que, se ponga o no en marcha el recorte, el precio del crudo permanecerá por encima de los 30 dólares durante todo 2004.

Trabas a la recuperación

El alto precio del crudo ya es una amenaza cierta para la recuperación económica mundial. La mayor preocupación se centra en EE UU, puesto que en la UE y Japón el efecto negativo de la escalada del crudo a sus niveles más altos en 13 años ha quedado en buena parte neutralizado por la fortaleza del euro y el yen frente al dólar.Además del petróleo, otras materias primas vitales para la industria se han encarecido mucho: en menos de un año, la tonelada de acero ha subido de 250 a 500 dólares; la de cobre, de 1.600 a 3.000 dólares; la de carbón, de 30 a más de 50 dólares; la de platino, de 600 a 900, y la de níquel, de 8.000 a 14.000 dólares. También los fletes marítimos se han disparado: a principios de 2002, el coste por cada tonelada transportada era inferior a 2.000 dólares y ahora supera los 5.000.

Un buen número de expertos está cada vez más preocupado porque el consumidor, sobre todo el estadounidense, no tardará en sentir el impacto del incremento de las materias primas. En enero pasado, los precios subieron un 0,5% en EE UU, tres décimas por encima del mes anterior, dejando la media anual en el 1,9%. El aumento tuvo su origen en el encarecimiento de la energía, y aunque la Reserva Federal (banco central) estadounidense reconoció los riesgos del alza del petróleo y del gas, insistió en que dispone de margen para mantener los tipos en el 1%, el nivel más bajo en 45 años.

La Reserva Federal ha dejado entrever que no está dispuesta a dejar de apuntalar la recuperación económica, es decir, que no subirá los tipos hasta 2005. No obstante, si el precio del crudo se mantiene por las nubes, la entidad se verá en la difícil tesitura de mantener los tipos bajos para reactivar la economía, por un lado, y tener que subirlos si la inflación se dispara presionada por el coste de la energía.

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Sobre la firma

Fernando Gualdoni
Redactor jefe de Suplementos Especiales, ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS como redactor de Economía, jefe de sección de Internacional y redactor jefe de Negocios. Es abogado por la Universidad de Buenos Aires, analista de Inteligencia por la UC3M/URJ y cursó el Máster de EL PAÍS y el programa de desarrollo directivo de IESE.

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