"Tantas prejubilaciones no tienen sentido"
María Benjumea, de 49 años y licenciada en Historia, ha ido creando su empresa a un ritmo paralelo a su propia situación personal. Círculo de Progreso nace de su mano en 1980, pero se dedica en una primera etapa casi sólo a una labor editorial relacionada con el mundo del empleo y la formación. Es a partir de los noventa, con sus dos hijos ya más crecidos, cuando María da un impulso espectacular a su empresa y la convierte en referencia en el mundo de la selección de profesionales, formación y búsqueda de empleo. Su portal de reclutamiento, infoempleo.com, cuenta con 1,2 millones de currículum y recibe al mes 1,6 millones de visitas.
Círculo de Progreso cuenta ya con una plantilla de 69 personas y factura 3,8 millones de euros. Es un lugar privilegiado para otear, no sólo a través del portal, sino también mediante sus aplicaciones de gestión de empleo y selección, sus guías de orientación académica y sus informes sobre el mercado laboral, el panorama del empleo cualificado en España y la revolución que está viviendo el área de recursos humanos de las empresas. "Internet", dice, "ha sido determinante en todo ello". Haber aprovechado sus posibilidades ha sido una de las bazas jugadas por Benjumea para hacer crecer su compañía.
"La movilidad laboral es todavía una asignatura pendiente en este país. Es la gran queja que tienen las empresas"
Pregunta. ¿Tanto ha cambiado la Red el mundo del empleo?
Respuesta. Desde luego. Es una plataforma ideal para agilizar los procesos de selección, ya que permite la comunicación en tiempo real entre profesionales y empleadores, y la automatización de tareas que llevan mucho tiempo a las empresas y, sin embargo, no son decisivas para el negocio. Pero Internet no sustituye por completo, ni mucho menos, a los métodos tradicionales de selección y por eso nosotros unimos ambos sistemas, el on line y el tradicional, para ofrecer una solución personalizada a nuestros clientes.
P. ¿Encuentran las empresas los profesionales que buscan?
R. Cada día más, aunque hay determinados puestos muy difíciles de cubrir; por ejemplo, empleos que requieren una particular especialización o trabajos en el área comercial. Parece mentira que todavía los que van a integrarse en el mundo laboral tengan animadversión a un área que ofrece tantísimas posibilidades. Y desde hace tres años hay un puesto muy difícil de localizar, el de jefe de obras, por la intensa actividad del sector de la construcción.
P. Y los demandantes de empleo, ¿encuentran lo que quieren?
R. Su perfil ha cambiado de forma espectacular, ahora son mucho más exigentes. Hoy no sólo se tiene que vender el candidato, sino también la empresa que ofrece el empleo.
P. ¿Qué es para ellos lo prioritario, el salario, la posibilidad de hacer carrera, el tiempo libre...?
R. No hay una regla general, depende de cada persona, pero los que ponen por encima de todo la remuneración son los menos, y los que tienen claro que quieren desarrollar una buena carrera profesional, lo que buscan son empresas en las que aprender.
P. ¿Están dispuestos a irse fuera?
R. Uff, la movilidad laboral es una asignatura pendiente en este país. Es la gran queja de las empresas.
P. ¿No cree que la temporalidad es otra asignatura pendiente?
R. Sinceramente, en empleo cualificado, no. Ninguna empresa va a dejar que se marche nadie a quien haya formado y trabaje bien.
P. Sin embargo, sí está dejando que se marchen muy buenos profesionales vía prejubilaciones.
R. Es verdad, y es un tema a cambiar porque se está perdiendo una gran cantidad de experiencia y conocimiento, una riqueza profesional bestial. Esas oleadas de prejubilaciones no tienen sentido.
P. ¿Cómo será el empleo de este siglo?
R. No me gustan los futuribles, pero, sin duda, movido. Creo que se caracterizará por la flexibilidad, y espero que se recupere algo que se está perdiendo: el orgullo del profesional de pertenecer a una empresa, el llevar sus colores.
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