Los espeleólogos británicos pasan a disposición judicial en México

El supuesto turismo de alto riesgo practicado por espeleólogos castrenses británicos en México continúa deparándoles emociones intensas. Rescatados el jueves de una gruta de la sierra de Puebla, fueron interrogados durante 11 horas por la policía migratoria y pasaron a disposición de la Procuraduría General de la República (PGR, Fiscalía General). La justicia determinará si los 13 exploradores vinculados al Ministerio de Defensa, civiles y militares, en activo o retirados, desarrollaban actividades compatibles con su visado de turistas.

La legislación migratoria prevé dos opciones contra los extranjeros detenidos en situación irregular: su expulsión del país y la prohibición de regresar en un plazo de dos años o cárcel de tres a diez años. Los británicos fueron trasladados de Puebla a la capital federal, donde ayer prosiguieron las pesquisas. La Secretaría (ministerio) de Energía mexicana despejó la suspicacia más alarmante: si buscaban uranio y gas radón. "Los niveles radiactivos [en la cueva] son normales y equivalentes a los encontrados en la mayor parte del territorio nacional", informó en un comunicado.

Los expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México, que colaboraron con el Instituto Nacional de Migración, constataron que no disponían de equipos para detectar elementos radiactivos en las cuevas. El Gobierno de Vicente Fox pidió a Londres, en una segunda nota diplomática de protesta, más precisiones sobre el objetivo de los expedicionarios, cuyos visado de turista les permite efectuar actividades deportivas. Fuentes judiciales sospechan, sin embargo, que el grupo pretendía algo más que ejercitar músculos y extasiarse con los misterios subterráneos de una de las redes de cavernas más extensas del mundo.

La Embajada de Londres subrayó que son espeleólogos aficionados sin vinculación oficial durante su estancia en México. Pero las contradicciones de las diferentes fuentes británicas sobre sus actividades y la negativa de los seis atrapados a recibir ayuda mexicana, reclamando el envío de buzos del Reino Unido, activaron las alertas y dudas sobre los verdaderos móviles de quienes se declaran inocentes excursionistas.