Las artes son bellas
Me sorprende, en grado sumo, cómo J. J. Pérez Benlloch puede salir en defensa desesperada de "no sé por qué o por quién" de la Consejería de Cultura intentando poner de vuelta y media al propio consejero como en su día intentó con el presidente del Consell a favor de un subordinado de ambos. Vamos, como si se defendiera a capa y espada la función de un centurión atentando contra la labor de un cónsul y emperador en la época romana, el centurión está ahí por orden y deseo de los mismos y nada más.
La consejería siempre ha tenido como principal objetivo el beneficio de las Bellas Artes valencianas, "que ni se compran ni se venden". De su "amor y agradecimiento" a la familia Ciscar, no hay la menor duda en sus comentarios de estos últimos tiempos, pero cuando se habla de política cultural y más de gestión cultural hay que hacerlo como yo, desde el paro, muy señor mío, con la credibilidad que da no tener un padre "maestro del periodismo, ni un hermano consejero, ni presidente, ni tener puntos por antigüedad para optar a una plaza en la administración pública por enchufe".
No nos humille ni ofenda a la verdadera clase cultural valenciana que nos hemos hecho a nosotros mismos a base de trabajo y no de prebendas institucionales.
Nunca se ha dicho que no se fueran a celebrar los actos conmemorativos del año Martín y Soler ni que fuera a haber un cambio de responsabilidades políticas, ni mucho menos se tiene que aseverar de tal forma que en el seno del PP se esté jugando una partida de ajedrez entre militantes de dos bandos que usted inventa y que define como zaplanistas y campistas. Para su información todos somos militantes del PP y éste es uno, unido, cuyo gobierno está avalado por nuestros conciudadanos "por más que le pueda pesar a alguien o a muchos".
Las Artes siempre han sido bellas señor Benlloch, no las manche con sus malos pensamientos, que lo importante no es que se realicen reajustes, demoras y cambios pertinentes, sino que todo lo prometido se cumpla y de la mejor manera. Los que importamos somos los valencianos no quién firme los contratos o en qué año se realicen los homenajes.
