El consistorio y los vecinos de Sabadell se unen contra la violencia 'skin'

Representantes de entidades vecinales, agentes policiales, sindicatos y el Ayuntamiento se sentaron ayer en la misma mesa con el objetivo de hallar fórmulas para atajar la violencia neonazi que viene padeciendo Sabadell desde hace ya seis años. Una reunión que llegaba después de que entidades vecinales y padres de agredidos indicasen que no descartaban la organización de patrullas urbanas ante la pasividad del Ayuntamiento. Por la mañana, medio millar de estudiantes salieron a la calle y pidieron medidas para que "estos grupos fascistas dejen de actuar con total impunidad".

La Plataforma Antifascista de Sabadell y varias entidades vecinales han convocado otra manifestación para mañana.

El Ayuntamiento y los vecinos destacaban ayer, tras la reunión, que se había producido un acercamiento y que ahora lo prioritario es trabajar juntos para erradicar estos movimientos violentos. El alcalde de Sabadell, Manuel Bustos, del PSC, presentó distintas líneas de trabajo e insistió en que el problema se abordaría tanto desde el punto de vista social como del policial. "Trabajaremos para que los jóvenes tengan alternativas, no sólo desde el Ayuntamiento, sino también desde las entidades que hacen posibles estas alternativas", dijo.

También se buscará la colaboración de expertos en la materia y se trabajará en la sensibilización y el fomento de valores cívicos en escuelas e institutos. El alcalde, respondiendo a las demandas de las víctimas, insistió en que el Ayuntamiento ponía a disposición de los familiares toda su infraestructura y que las denuncias también podrían transmitirse a través de la Policía Municipal. Otra resolución es que se facilitará a los inmigrantes irregulares que puedan denunciar las agresiones.

Trato policial

Pero el asunto más polémico en estos últimos días ha sido el policial, no sólo por parte de familiares de las víctimas que han denunciado que el trato del Cuerpo Nacional de Policía no ha sido el más correcto, sino también por formaciones políticas de índole dispar. Así, el ex alcalde de Sabadell Antoni Farrés aseguraba ante los micrófonos de Catalunya Ràdio que "mucha gente tiene la percepción de que la policía actúa con un exceso de permisividad ante la violenca skin", y destacaba que había tratos distintos según los grupos.

En este punto también está de acuerdo el diputado democristiano, Jordi Casas. "Hay la sensación de que ha habido un trato distinto, pero sobre todo nos preocupa mucho que se sitúa en el mismo paquete a independentistas y plataformas antifascistas, y grupos violentos". "Parece que se ha querido satanizar el pensamiento y no a los delincuentes".

Tanto Casas como Farrés recuerdan en sus declaraciones el caso del bar Bemba. El cierre de este bar, concurrido sobre todo por jóvenes de grupos alternativos, de izquierdas e independentistas, algunos de ellos colaboradores de Ordint la Trama, una revista muy crítica con la gestión del gobierno municipal, acabó con 11 detenciones. La contundencia de la policía en este caso fue muy criticada por varios colectivos de la ciudad.

Bustos respondió que el año pasado se denunciaron 13 casos de violencia neonazi y que los 13 implicados habían pasado a disposición judicial. Este año, agregó el alcalde de Sabadell, ha habido siete denuncias, y seis presuntos agresores han pasado a disposición judicial. "La efectividad es del 99,9%", sentenció el alcalde, que no quiso ahondar en la cuestión de un trato diferencial argumentando: "Sería una irresponsabilidad que yo contribuyera a generar desconfianza en los cuerpos de seguridad".

El alcalde de Sabadell también aseguró que los Mossos, pese a que no se desplegarán hasta 2006, van a colaborar con el Cuerpo Nacional de Policía. También anunció más dotaciones policiales, sin concretar número ni fecha.

Las cifras oficiales, sin embargo, contrastan con las de las plataformas y entidades vecinales. La Federación de Vecinos afirma que hay un centenar de agresiones al año. Su presidente, Ernest Espinós, sostiene que ahora "hay que hacer un esfuerzo para no alimentar un ambiente de crispación". "Al menos el Ayuntamiento ha reconocido que hay un problema y que es grave", añadía. A modo de conclusión, Espinós aseguró: "Si las instituciones apoyan a los vecinos, éstos se atreverán más a denunciar, porque ahora hay miedo".