Todas las facetas humanas
AL INICIO de su carrera musical, Antonini era sólo flautista y posteriormente triunfó como director de Il Giardino Armonico. Desde hace unos años toca con grandes orquestas y las dirige. Una de ellas es la Filarmónica de Berlín. Pocos músicos tienen tanta curiosidad como los de esta orquesta. Con su titular, Simon Rattle, eligieron a un director perfeccionista en lo que a belleza del sonido se refiere. Sin embargo, éste quiere que su tropa, "una de las más capaces del mundo", aprenda. "Quiero ver qué sucede con su sonido cuando tocan otro tipo de música", dijo Rattle al llegar a Berlín. Se refería también a la teoría de Antonini. Él mismo sostiene: "En el barroco necesito expresar cualquier cosa. Todas las facetas humanas".
Todo comenzó después de un concierto de Il Giardino Armonico en A Coruña. Le preguntaron a Antonini si quería dirigir la Sinfónica de Tenerife. A Antonini le gustó la idea: "Porque necesito salir de mi medio, conocer al mundo". Pero su primera experiencia con la Sinfónica de Tenerife ha sido "muy dura, la gente necesita tiempo para acostumbrarse". Los berlineses ya se han acostumbrado y ello tiene mucho que ver con el hecho de que quedan pocos músicos de los que tocaron bajo la dirección de Karajan. Durante los ensayos, Antonini reiteraba que tocaran sonidos "no clásicos" y "feos". Antonini teme el profesionalismo, que la orquesta suene automáticamente, y por este motivo dice preferir a "diletantes". "En el barroco", explica, "cuando se decía es un diletante de música lo era en el sentido de la palabra. Quería decir vivir el placer", y añade que estamos muy obsesionados con el "superprofesionalismo y la superespecialización". "Los músicos de la Filarmónica de Berlín tienen un nivel altísimo, pero les hace falta dar un salto para acercarse a la verdad histórica de la música barroca".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.