La Capilla Real de Granada restaura parte de sus fondos para celebrar el quinto centenario de Isabel I
El templo muestra desde hoy una imagen de Santa Catalina perteneciente a la reina
El 13 de septiembre de 1504, sólo dos meses antes de morir, Isabel I de Castilla expresó por escrito en Medina del Campo su deseo de ser enterrada en Granada junto con sus objetos personales. A ocho meses de que se cumplan 500 años de su muerte (el 26 de noviembre), el mausoleo en el que reposa junto a Fernando V de Aragón está listo para conmemorar su fallecimiento. Tras la restauración de la reja principal y los sepulcros, terminada en noviembre, ayer se presentaron varias obras del conjunto reparadas para los fastos y una imagen de Santa Catalina perteneciente a la reina.
La restauración y reestructuración de espacios que ha sufrido la Capilla Real desde el pasado mes de noviembre busca dar mayor austeridad y simplicidad al lugar donde yacen los restos de los Reyes Católicos, según Manuel Reyes, el capellán de la Capilla Real de Granada.
El pasado 26 de noviembre, día del 499 aniversario de la muerte de Isabel, el Ministerio de Educación y Cultura terminó la limpieza y restauración de los sepulcros de mármol de los Reyes Católicos y sus sucesores (Felipe el Hermoso y Juana la Loca) así como la reja principal de la capilla renacentista, obra de Bartolomé de Jaén. Pero, según explicó ayer su capellán, esos trabajos evidenciaron la necesidad de posteriores reformas.
Desde hoy, los que se acerquen a visitarla podrán contemplar varias esculturas entre las que destacan una imagen de Santa Catalina de Alejandría del siglo XV que pertenecía a la propia reina y la Santa Parentela de Bernabé de Gaviria (siglo XVI), una composición renacentista en la que aparecen José, María, San Joaquín y Santa Ana rodeando a una imagen del niño Jesús. Esta última obra fue la más difícil de reparar, según el capellán, ya que hubo que levantar toda una capa de yeso que cubría el pan de oro de los mantos de los personajes que, aunque muy deteriorado, ha quedado a la vista.
También se han renovado los relieves renacentistas Exaltación de la Santa Cruz y Creación de Eva, de Baltasar de Arce, ambos situados en la capilla de San Ildefonso. En ese mismo lugar se muestra parte de la orfebrería de la iglesia de entre los siglos XVI y XVIII. La pieza más valorada es una custodia rococó labrada en plata, en cuya base se representa la Santa Cena.
En la capilla de la Santa Cruz, la Dolorosa de José de Mora (siglo XVII) vuelve a mostrar el azul original de su manto. Las rejas de esa capilla y la de San Ildefonso (de Bartolomé de Jaén al igual que la principal) también han sido restauradas.
El coste de los trabajos, que supera los 150.000 euros, lo ha sufragado en su totalidad la propia capilla con los ingresos provenientes de las visitas. El próximo 12 de abril se celebrará en ella el primer acto del quinto centenario. El coro gregoriano Ilíberis, dirigido por Julieta Vega, interpretará la misa y oficio de Hernando de Talavera, perteneciente al archivo musical de la misma Capilla Real.
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