Rebelión musical en Alemania
Violinistas de la orquesta de Bonn reclaman más sueldo que otros instrumentistas
Las orquestas son muy delicadas. Son muchas las sensibilidades en juego. Están el director y sus capataces -el concertino y los líderes- y los solistas. Por lo demás, todos son iguales, no importa el instrumento que toquen. Pero este modelo de organización ha sido puesto en duda por 16 violinistas de la Orquesta Beethoven, de Bonn (Alemania). Dicen que trabajan más y por ello merecen un mayor salario que sus colegas. Están convencidos y han interpuesto una demanda ante un tribunal laboral, cuya vista oral se verá el próximo 6 de mayo.
Los músicos de la Orquesta Beethoven, de Bonn, no son precisamente unos desfavorecidos: tienen estatus de funcionario y reciben 13 pagas anuales de 3.000 euros brutos de media. A cambio deben tocar en un máximo de ocho ensayos o conciertos por semana. Lo negoció en épocas de cajas públicas repletas su representación sindical, la Unión de Orquestas Alemana.
Los músicos de cuerda, que suelen tocar más que los de viento, quieren 100 euros extra por actuación
Sucede, sin embargo, que los instrumentistas de cuerda suelen tocar más que los de viento. Da igual si es Mozart, Strauss o Shostakóvich; los violines, casi nunca faltan. Por el contrario, trompetas o trombones tienen de vez en cuando notas que soplar. Por el mismo sueldo, los instrumentistas de viento a veces sólo tienen que asistir a cinco o seis presentaciones semanales. "Una injusticia", claman algunos violinistas en Bonn, que piden 100 euros extra por actuación. Con 32 presentaciones al mes, esto equivale a un aumento de sueldo de 3.200 euros. En total, 614.400 euros en costes salariales extra para la orquesta.
El conflicto viene de lejos: cuando el Gobierno alemán se marchó a Berlín, Bonn comenzó a recortar las subvenciones culturales y la Orquesta Beethoven tuvo que reducir el número de sus músicos de 130 a 106. El ajuste se efectuó con prejubilaciones, y, casualmente, los violinistas tenían más edad que los demás. "Es un caso aislado. Los demás músicos de la orquesta ya han protestado, y la demanda no tiene muchas posibilidades de prosperar en juicio", sostiene el director general de la agrupación, Laurentius Bonitz. Los violinistas rebeldes tampoco pueden contar con el apoyo de la Unión de Orquestas Alemana, de la que se retiraron de antemano. "No voy a defender los intereses de las cuerdas frente a los vientos", dice su secretario general, Gerald Mertens.
"Es ridículo. Los primeros violines trabajan un poco más, sí, pero también los otros instrumentos tienen sus inconvenientes y requieren de muchos años de estudio", comenta Isabel Mellado Bravo, violinista en una orquesta de Bremen. "Es una locura", afirma Patrick Alfaya, gerente de la Sinfónica de Galicia y presidente de la Asociación Española de Orquestas Sinfónicas, informa Lourdes Morgades. "Los problemas de una orquesta se contagian a las otras y, si los violinistas alemanes ganan la demanda, tendremos en España la misma reivindicación en menos de un año", asegura.
En España no se ha dado por el momento ningún caso parecido, aunque sí algunos músicos se han quejado de que tocar su instrumento les crea más tensión que a otros. Las categorías salariales de los músicos de las orquestas españolas son básicamente tres, de mayor a menor retribución: solista, asistente de solista y el resto. Cada categoría tiene, salvo excepciones, la misma retribución se toque el instrumento que toque. El concertino tiene un sueldo superior, negociado de forma individual, mayor o menor, dependiendo de su prestigio y calidad. Y todos perciben un plus por el desgaste del instrumento, que es de su propiedad, a excepción de los músicos que tocan instrumentos de grandes dimensiones, propiedad de las orquestas.
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