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El 'plan Ibarretxe' supera su primer debate en la Cámara vasca y pasa a ponencia

El PNV cambia el modo de votación reglamentario para garantizar la continuidad del proyecto

El plan Ibarretxe superó ayer su primer debate parlamentario con la discusión y rechazo en comisión de las enmiendas a la totalidad. El proyecto pasó la prueba gracias a que el diputado peneuvista que preside la comisión impuso, en medio de las protestas de la oposición, a la que ni siquiera dejó expresar su desacuerdo, una votación separada de las enmiendas, en contra de lo indicado por el reglamento, que ordena someter a consideración el rechazo o aceptación del proyecto. El PSE-EE propuso al PNV partir de cero para ir a una reforma estatutaria a la catalana.

En medio de una escandalera provocada por el modo de votación impuesto por el presidente de la comisión, el peneuvista José Antonio Rubalkaba, el plan Ibarretxe pasó ayer a la fase de ponencia en la que se debatirán las enmiendas parciales, una vez derrotadas las tres de totalidad que pedían la devolución del texto. Rubalkaba no aplicó el artículo 106 del reglamento, que ordena someter a votación el proyecto de ley de que se trate para su aceptación o rechazo y ordenó en cambio votar las enmiendas y hacerlo una por una. IU retiró la suya; el PP, el PSE y Sozialista Abertzaleak (SA), grupo heredero de la ilegalizada Batasuna, se votaron todos únicamente a sí mismos.

El anuncio del modo de votación provocó la protesta y petición de palabra y lectura del reglamento por parte de la oposición, pero de nada les sirvió a los grupos, ya que el presidente de la comisión ni siquiera les dio la palabra para que expresaran su desacuerdo y se impuso a gritos a los portavoces del PP y el PSE: "Exijo que se callen", terminó diciendo, tras negarse incluso a leer el artículo del Reglamento que le reclamaban.

El tripartito demostró así con qué decisión piensa defender la continuidad del debate sobre el proyecto del lehendakari, incluso si ayer no había un gran riesgo de que se viera cortado, ya que el interés de la ilegalizada Batasuna en él hacía poco probable que sumasen sus votos a los del PP y el PSE para el rechazo. Pero los grupos del Gobierno no quisieron correr el menor riesgo y se garantizaron el éxito modificando el sistema de votación.

Partir de cero

El que será en los próximos meses el gran asunto de la política vasca, la retirada o no del plan Ibarretxe para posibilitar una etapa de nuevas relaciones, quedó servido nada más empezar el debate en la comisión. El PSE ofreció a Ibarretxe partir de cero para iniciar una negociación de reforma del Estatuto vasco a la catalana, es decir, fraguando un amplio consenso sobre la propia propuesta antes de su presentación.

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El PNV, EA e IU se atrincheró en la legitimidad del Gobierno vasco para plantear su propuesta, en su condición de proyecto "abierto", y dieron por hecho que los pasos que los grupos catalanes han dado en la ponencia parlamentaria para pactar la reforma, ya los ha dado el tripartito vasco desde las elecciones de 2001, obviando el hecho de que en ese tiempo el consenso no se haya ensanchado a ningún grupo que no estuviera ya en él.

El debate registró curiosidades como que el PNV rebajara el nivel de su interlocución para con el PSE, mientras reservaba a su portavoz titular, Joseba Egibar, para contestar al portavoz de la ilegalizada Batasuna, Arnaldo Otegi y a su jurista más reputado, el ex miembro del Consejo General del Poder Judicial, Emilio Olabarria, para rebatir la enmienda del PP. O que los dos partidos constitucionalistas se abstuvieran en la votación de la enmienda del otro y ni siquiera usaran sus respectivos turnos en el debate de la del contrario. No hubo ni la mínima alusión de unos a otros en las seis horas de debate. Ninguno de los dos grupos usó su turno en la enmienda de los radicales, como es hábito ya, y ambos dejaron también constancia de su protesta por la presencia y participación en el debate de SA, grupo disuelto por el Tribunal Supremo. El portavoz de SA, Otegi, alardeó de haber causado "la pérdida del poder del PSOE antes, y ahora la del PP. No tropiecen en la misma piedra", les aconsejó.

El socialista Rodolfo Ares levanta la mano para votar ayer en nombre de su grupo.
El socialista Rodolfo Ares levanta la mano para votar ayer en nombre de su grupo.PRADIP J. PHANSE

El PSE propone una reforma 'a la catalana'

El PSE-EE lanzó ayer durante el debate parlamentario al lehendakari y a los grupos de su Gobierno una oferta de reforma del Estatuto vasco mediante un amplio consenso a la catalana para "reconducir" la situación vasca, lo que exigiría la retirada del plan Ibarretxe como eje de discusión. "No es mucho pedir en circunstancias nuevas" esa reconsideración, estimó el portavoz socialista, Jesús Eguiguren, cabeza visible del sector más propicio al diálogo con el nacionalismo, a quien su grupo encomendó el debate. "El plan Ibarretxe pertenece a la etapa pasada de confrontación, no diálogo y falta de confianza", dijo. Por ello, el portavoz socialista instó a los nacionalistas a que "busquen la fórmula para reconducir" su posición y les pidió: "No conviertan una iniciativa que sacaron en circunstancias pasadas en obstáculo insalvable para la nueva etapa política que necesitamos". "Venimos con ánimo constructivo", avanzó, antes de argumentar su "desacuerdo radical y profundo" con el plan Ibarretxe, tanto en términos de oportunidad y justificaciones, como de contenido jurídico, significado político, procedimiento y consecuencias.

Joseba Egibar aprovechó su turno frente a Batasuna para colar de rondón un esbozo de respuesta: la posición socialista "es hoy la misma que el 13 de marzo, en línea con sus grandes pactos con el PP", dijo.

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