Poemas en la Complutense

La Universidad Complutense rindió ayer un homenaje de carácter laico a sus víctimas y, por extensión a todas las personas que perdieron la vida en el atentado del 11-M. Dos estudiantes, un investigador, una empleada de la universidad y un trabajador de la empresa FCC, que realiza actualmente una obra en el aulario de Filología y Derecho fallecieron en el brutal atentado de Madrid.

El rector de la Complutense, Carlos Berzosa, señaló: "El zarpazo terrorista nos ha tocado de lleno. Juan Carlos, Milagros, Angélica, Teresa y Álvaro nos han sido arrebatados por una locura fanática que nada va a conseguir ni nada puede esperar de nosotros que no sea la más completa condena de sus métodos".

Con un clavel blanco y una vela roja, cientos de profesores, alumnos, personal universitario y familares de las víctimas se acercaron cuando ya anochecía hasta los jardines del edificio de alumnos de la Universidad Complutense. Allí, estudiantes de Bellas Artes han construido en memoria de las víctimas una escultura plateada en la que se reflejaba la luz roja de las velas que los complutenses fueron depositando en la hierba.

Lírica y música

Los estudiantes y profesores leyeron una decena de poemas que retumbaron por todo el campus. Poetas como Luis García Montero, Manuel Rivas o Juan Cruz los han escrito ex profeso para el collage que conmemora el 11-M en el escaparate de la librería madrileña Rafael Alberti. Además, el coro complutense y el cuarteto de cuerda de Jesús Monasterio interpretaron, entre otras, piezas de Bach y Pietro Mascagni.

En su intervención, el rector trazó un pequeño retrato de las víctimas. Juan Carlos del Amo, licenciado en Químicas, había leído su tesis doctoral el año pasado y actualmente hacía un proyecto de investigación en esa facultad. Se estaba sacando el carné de conducir. Milagros Calvo cursaba quinto de Derecho y, viendo el final de la carrera, la semana anterior a los atentados se había hecho la fotografía para la orla de su promoción.

Angélica González estudiaba segundo de Filología Inglesa y aquel dramático día tomó el tren para ir a clase de Literatura de Estados Unidos que tenía a las 8.30. Álvaro de Miguel era administrativo en la empresa FCC y, desde su puesto, colaboraba en la obra que se llevaba a cabo en el aulario de ilología y derecho.

Los alumnos se sentaron en el suelo durante el homenaje, algunos muy emocionados. Todos escucharon las palabras del vicerrector, Carlos Andrades, quien señaló que la Complutense no puede ser ajena a la realidad social y sí caja de resonancia de lo que está ocurriendo.

"No queremos olvidar y sí comunicar nuestro dolor y nuestras ideas", concluyó Andrades.