Crotoraban las cigüeñas
Arrancó el viernes pasado la segunda edición del Festival Internacional de Música Pórtico de Semana Santa de Zamora, y lo hizo con una hermosura de programa a cargo del grupo inglés The Tallis Scholars, dirigido por Peter Phillips, con obras de Orlando di Lassus, Josquin des Prez, Gregorio Allegri y Pierluigi Giovanni Palestrina. El Festival, que dura hasta el 28, tiene en 2004 como lema Escrito en el Paraíso, y quizás por ello aparecen manzanas en la publicidad y hasta se repartieron a la salida del concierto inaugural entre el público. ¿Como tentación? ¿Como seducción? ¿Como sensualidad de lo cotidiano?
Crotoraban las cigüeñas blancas desde todos los campanarios en un latido incesante anunciando a su modo lo que iba a venir. Las cigüeñas negras ponen sus nidos más bajos, en los Arribes del Duero por ejemplo, ese modelo de naturaleza ecológica en la frontera con Portugal que hace pensar de inmediato por lo sosegado del paisaje en el espíritu de la música de cámara. Las cigüeñas de Zamora lanzaban a los cuatro vientos su mensaje musical y ello predisponía como pórtico a un estado de sensibilidad. Con el Miserere, de Allegri, se alcanzó la apoteosis soñada, en sus espectaculares efectos espaciales de coristas distribuidos entre el altar, la mitad y el fondo de la nave. The Tallis brindaron en Palestrina -la maravillosa Misa del Papa Marcello- o Lassus una ejecución a la inglesa, de libro, con corrección impecable y un punto de arrebato por llegar.
Festival Internacional de Zamora
The Tallis Scholars, La Tempesta de la Orquesta Barroca de Sevilla. Con Carlos Mena (contratenor) y Guillermo Peñalver (flauta). Obras de Palestrina, Allegri, Vivaldi y Scarlatti, entre otros. Iglesia de San Cipriano, Zamora, 19 y 20 de marzo.
Voluntad
Carlos Mena deslumbró con una interpretación tan intensa como desgarradora del Stabat Mater, de Vivaldi. Tuvo a su lado la Orquesta Barroca de Sevilla, luchando a fondo por la afinación de las cuerdas de tripa de cordero contra la humedad o el calor. No consiguieron en todo momento estar en ese umbral de la perfección, pero pusieron voluntad a raudales y alcanzaron momentos de mucho mérito en La Notte, en sol menor, de Vivaldi, o en un concierto da chiesa, de Charles Avison-Domenico Scarlatti. Guillermo Peñalver se lució con la flauta y Mena puso la profundidad desde las páginas de Alessandro Scarlatti hasta un escalofriante 'Por ti suspiramos' de la Salve Regina, de Vivaldi, un músico del que el contratenor vitoriano extrae oro puro.
Los conciertos inaugurales del festival zamorano estuvieron llenos hasta la bandera con un público concentrado y hasta ejemplar. El próximo viernes habrá escala en la Colegiata de Toro como aperitivo de un fin de semana de enorme interés en San Cipriano: el sábado 27 con The Hilliard Ensemble alternando Palestrina y Tomás Luis de Victoria, y el domingo los misterios gloriosos de las Sonatas del Rosario de Biber, como broche de oro, con La Risonanza y Fabio Bonizzoni. Seguro que las cigüeñas seguirán crotorando.
Babelia
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