El triunfo de Bridgestone

Los elementos se aliaron esta vez para que Michael Schumacher pudiera conseguir su sueño. La lluvia hizo su aparición momentos antes del inicio del Gran Premio de Malaisia y se convirtió en un factor decisivo para el desarrollo de la carrera. El agua rebajó la temperatura de la pista casi 10 grados, el asfalto de Sepang pasó de 51 a 41 y más adelante a 43. Fue un hecho crucial que se unió al perfecto trabajo realizado por la firma japonesa de neumáticos Bridgestone, la que equipa básicamente a Ferrari, para permitir a la marca de Maranello colocar en las manos del número uno el vehículo más competitivo. Y el alemán, de 35 años, no falló. Sin ningún error en toda la carrera, Schumacher ganó, en el día de las elecciones locales, su segunda carrera consecutiva de la temporada y la 72ª de su vida. Juan Pablo Montoya (Williams) acabó segundo y Jenson Button (BAR Honda) cerró el podio.

Montoya acabó segundo, Button logró un meritorio tercer puesto, y Alonso concluyó séptimo

"La diferente temperatura con que corrimos esta vez con relación al año pasado ha sido uno de los factores determinantes", reconoció Schumacher. "Sin embargo, es evidente que Bridgestone ha realizado un excelente trabajo". Ross Brawn, director técnico de Ferrari, fue aún más lejos en sus afirmaciones: "Esta victoria se ha logrado gracias a la aportación de los neumáticos: soportaron el calor hasta el final y tuvieron un excelente comportamiento. Éste es el tributo que puede recibir Bridgestone".

La penúltima sesión de entrenamientos había despertado ciertas dudas sobre el comportamiento de los neumáticos. Schumacher había rodado pocas vueltas con una goma muy blanda que le daba mucha adherencia, pero se deterioraba con excesiva rapidez. Pero aquello había sucedido con temperaturas superiores a 50 grados. Bastaron unos pequeños retoques y, sobre todo, que el asfalto no fuera tan abrasador para que todo cuadrara.

Su victoria comenzó a determinarse ya el sábado, en la última vuelta de clasificación, cuando el español Fernando Alonso cometió un error de conducción cuando faltaban un par de curvas que le dejó fuera de la pista y le relegó a la última línea de la parrilla. Fue otro de los elementos que se conjugaron en beneficio del alemán, que de esta forma perdía de vista al único hombre que había perseguido a los dos Ferrari en la primera cita de Albert Park, 15 días atrás. Y un tercer elemento fue la excelente salida de Schumacher y Barrichello. Los dos bólidos rojos volvieron a encabezar la carrera y dejaron atrás no sólo a Button -retrasado ya de entrada-, sino también a dos rivales más peligrosos: Juan Pablo Montoya (Williams BMW) y Kimi Raikkonen (McLaren Mercedes), los dos equipados por gomas Michelin, en teoría superiores a las aponesas en condiciones extremas de calor.

Sólo una leve salida de pista de Barrichello, en la tercera vuelta, permitió elevar el tono de la carrera y presenciar uno de los duelos que, teóricamente, deben marcar el campeonato. Montoya se colocó segundo, seguido de Raikkonen, y comenzó a amenazar a Schumacher. El alemán perdió el liderato cuando entró en boxes en la novena vuelta y el colombiano apuró al máximo -hasta la 12ª- para arañar algo de tiempo con el depósito casi vacío. Pero ninguna estrategia le sirvió. Era evidente que, a pesar de marcar la vuelta rápida, ni sus neumáticos ni su Williams le concedían armamento suficiente para destronar al rey. Pero sí para superar a Raikkonen, a quien su McLaren, que sigue sin tener fiabilidad, le dejó tirado en la 40ª vuelta por un problema de transmisión.

La carrera tuvo otros dos elementos de interés. El primero, el error estratégico de Fernando Alonso y de Renault, que acabó relegándole a la séptima posición, a pesar de realizar una salida espectacular que le permitió pasar ya décimo en la primera vuelta y un remonte notable. No fue un gran fin de semana para el español, que, al margen de no concluir su vuelta de clasificación, relegó su posición en la parrilla hasta la última fila por cambiar el motor. Y luego, ya en carrera, el equipo no acertó en su elección de realizar sólo dos repostajes. Acababa de adelantar a David Coulthard (McLaren) para colocarse sexto en la 23ª vuelta cuando la entrada de ambos en boxes se saldó con 7,9 segundos para el escocés y con 13,3 para el asturiano, que regresó décimo a la pista. Con 90 kilos más de combustible, ya no volvió a superarle, pero se benefició de los abandonos de Raikkonen, R. Schumacher y Sato.

El último aspecto destacable fue el éxito del británico Jenson Button y su BAR Honda. La evolución de los constructores japoneses saltó a la luz ya en la pretemporada. Pero no fue hasta ayer cuando todo aquel trabajo se materializó. Button, muy criticado siempre por su antecesor en el equipo Jacques Villeneuve, logró el primer podio de su vida en su 68ª carrera. Y le dio a Honda el tercero.