"La madurez social conduce a ETA hacia su fin"
El escritor Juan José Domínguez (Barcelona, 1968) ha publicado Lágrimas grises, su segunda novela tras Sombras de la Cepeda (Endimión, 1999). Domínguez desarrolla un trabajo de ficción sustentado en un terreno real que conoció personalmente, la Pamplona de los años ochenta. En ella, la violencia terrorista, los abusos policiales y una omnipresente convulsión sociopolítica se enredan a través del drama de una familia uno de cuyos miembros es activista de ETA. Con aires de crónica novelada y una tendencia "políticamente incorrecta", Lágrimas grises (Huerga Fierro editores), explora el perfil psicológico de unos personajes atrapados por la violencia.
Pregunta. ¿Qué queda de aquella Pamplona de 1984 que recrea?
Respuesta. En cuanto a la persistencia de las acciones de ETA, éstas no son ya sino una excrecencia que tiene los días contados. Respecto a la pervivencia de comportamientos antidemocráticos de las fuerzas de seguridad son, en todo caso, testimoniales. Políticamente, la sociedad ha madurado mucho, aunque la construcción futura de la sociedad navarra sigue estando abierta.
P. La violencia de ETA sigue generando productos culturales. ¿Por qué fascina tanto la violencia?
R. En el País Vasco y Navarra la violencia ha sido un elemento condicionador de la convivencia política y, por lo tanto, una referencia ineludible.
P. ¿Asistiremos más pronto que tarde al fin de ETA?
R. La madurez de nuestra sociedad producirá ese final en un futuro próximo. El momento dependerá de quien nos gobierne en los próximos años.
P. ¿Considera políticamente incorrecto recordar aquel clima de violencia e indiferencia social?
R. Tal y como están las cosas yo creo que sí lo es.
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