El PP acepta el regreso del PSOE a la comisión ejecutiva de Caja Madrid
Los partidos buscan recomponer el equilibrio político en el órgano más decisorio de la caja
Tras la borrasca, las aguas vuelven a su cauce. Después de las agrias disputas entre el PP y el PSOE por la presidencia de la Comunidad de Madrid, que se trasladaron a Caja Madrid, y tras el vuelco político del 14-M, regresa el espíritu de consenso. El PP busca "recomponer el equilibrio político en la comisión ejecutiva (el órgano más decisorio) de Caja Madrid, lo que pasa por la vuelta del PSOE", según Francisco Moure, vicepresidente por el PP. Antonio Romero, consejero socialista, cree que "una vez de acuerdo en cómo funciona la caja, es lógico que estemos en la comisión ejecutiva".
Han pasado seis meses de la batalla político-financiera que supuso apartar a Rafael Simancas, candidato socialista a la presidencia de la Comunidad de Madrid, y colocar a Esperanza Aguirre al frente de esta autonomía. Previamente, Simancas había manifestado, en reiteradas ocasiones, su voluntad de apartar a Miguel Blesa de la presidencia de Caja Madrid (colocado en este puesto por el PP en 1996).
Después llegó el enfrentamiento por las polémicas actividades económicas del popular Ricardo Romero de Tejada y el ultimátum socialista de que el PSOE no se sentaría en un órgano de gestión de Caja Madrid donde estuviera ese parlamentario del PP. En el fragor de esta batalla, Blesa resultó reelegido con 13 votos a favor y 8 abstenciones. Los 13 votos a favor fueron de ocho consejeros del PP, un representante de la patronal CEIM, otro de la Confederación de Cuadros, otro de los impositores, y dos políticos: el vicepresidente de la entidad, José Antonio Moral Santín, de IU, y el representante de la sección de banca de CC OO.
Las ocho abstenciones, mientras, corresponden a los cinco representantes del PSOE, los dos del sector de CC OO de Madrid (Rodolfo Benito y Juan José Azcona) y el nuevo consejero de UGT. Posteriormente se escogió a la comisión ejecutiva, el puente de mando de la entidad, en donde no están los socialistas.
Después de esta guerra, Caja Madrid ha vivido acontecimientos importantes que han buscado pasar página del pasado. El más importante fue la reunión del 16 de octubre en Cádiz, en la que Miguel Blesa sometía a aprobación del consejo el Proyecto
2006, el plan estratégico para los próximos tres años.
Apoyo unánime
Existía gran expectación sobre la actitud de los socialistas y de un sector de los sindicatos Comisiones Obreras y UGT, que participaron en las disputas políticas. Sin embargo, la propuesta se aprobó por unanimidad. El asunto no era baladí, porque se jugaba la estrategia de la entidad para incrementar el beneficio un 60% en los tres próximos ejercicios.
El PSOE manifestó que le apoyó "porque Blesa se comprometió a llevar adelante este plan sin utilizar las cuotas participativas, activos similares a las acciones sin voto. Nuestro objetivo es garantizar la estabilidad de la caja y que siga siendo una entidad rentable", afirmaron.
A final de enero tuvo lugar un consejo extraordinario que analizó en Toledo el Plan táctico, que desarrolla pormenorizadamente la estrategia futura. El consejo también se cerró con éxito y unanimidad, pese a que las discusiones fueron prolijas.
Con estos antecedentes, el PP -con todo el apoyo de Blesa- abrió el camino para la vuelta del PSOE a la comisión ejecutiva. "No se trata de buscar apoyos para seguir adelante, porque no es matemáticamente necesario. Lo relevante es recomponer el consenso perdido en la caja y que una fuerza como el PSOE esté en el principal órgano de gestión, si ellos aceptan", según Francisco Moure, vicepresidente a propuesta de los populares. Tanto desde el PP como desde el PSOE se insiste en que este ambiente existía antes de las elecciones del 14-M, pero también ambos reconocen que "con el cambio político, el acuerdo es más lógico y necesario".
Según Moure, la vuelta del PSOE "se puede producir con facilidad porque existe una vacante sin cubrir en la comisión ejecutiva. El momento idóneo puede ser a la vuelta de Semana Santa, cuando la caja se adapte a la nueva normativa de entidades de ahorro de la Comunidad de Madrid. Habrá que escoger a los representantes de las comisiones de Inversión, de Obra Social y de Retribuciones. Aquí podría tener sitio el PSOE".
Antonio Romero, secretario de la Federación Socialista Madrileña (FSM) y consejero de Caja Madrid, está de acuerdo "en que en la comisión debe estar la segunda fuerza más importante, sobre todo porque tenemos mucha más representación que Izquierda Unida, que controla una vicepresidencia". Romero apunta que lo importante es coincidir en "cómo se gestiona la caja y hacia dónde va. Una vez que estamos de acuerdo en que el equipo es bueno y que todos queremos que gane el máximo dinero posible para favorecer la Obra Social, podemos recomponer la situación, que ahora es un sinsentido".
Sin embargo, el PSOE todavía no se ha posicionado sobre la presencia de Romero de Tejada y el número de puestos que considera adecuados. "Por supuesto, es más de uno. Antes de la última asamblea, en la que ganamos apoyos hasta tener el 30% del total, teníamos tres vocales", recuerda.
También difiere en los tiempos. "No hay que precipitarse para la adaptación de la nueva normativa, porque el futuro Gobierno puede que introduzca algunos cambios", apunta.
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