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Entrevista:EDUARDO NOGUÉS | Director del Circuit de Cheste

"La fórmula 1 no es nuestro producto ni estamos obsesionados ahora con ella"

Eduardo Nogués (Valencia, 39 años) relevó el pasado diciembre a José María Oltra como director del circuito de velocidad de Cheste, una instalación impulsada por el Gobierno popular y cuyo coste ascendió a 51 millones de euros (8.500 millones de pesetas). Nogués estudió en los Jesuitas, como su principal valedor, el consejero de Cultura del Consell, Esteban González Pons, y el presidente de la Generalitat, Francisco Camps. Es el tercer director del Circuit desde su inauguración, en 1999. En contraste con su antecesor, a quien le pasó factura su escaso bagaje académico, Nogués presenta un amplio currículo, con estudios y experiencia tanto en la empresa privada como pública.

Pregunta. ¿Conocía usted el mundo del motor?

"Este año tenemos cubierto el 94% del calendario; esto es un éxito"
"Con Barberá se había creado un clima desagradable que no beneficiaba a nadie"

Respuesta. Soy ingeniero industrial mecánico, y esta especialidad tiene mucho que vercon el mundo de los motores y las máquinas. Nunca he estado metido en el mundo de las carreras ni he sido un gran aficionado... Al final, para comprender un sector has de vivirlo. Todavía me falta bucear en él para entender el circo que se monta en torno a este deporte. Hay que hacer un esfuerzo para comprometerse, como en cualquier otro campo.

P. ¿Qué le ha sorprendido más?

R. Lo digo a menudo. En este mundo se gasta mucho para lo poco que se gana. Es un deporte que quema tecnología, combustible... El coste es brutal. Se mueve mucho dinero, pero casi todo va destinado a pagar material y todo lo que necesitan las máquinas. En bastantes disciplinas de este deporte, mucha gente pone dinero para competir, y eso para mí es sorprendente.

P. Pero es un sector muy atractivo para los patrocinadores.

R. De momento no hay crisis. Los patrocinadores siguen estando. Y eso es porque el motor arrastra a mucha afición, sobre todo el motociclismo. Las empresas saben que rentabilizan la inversión.

P. ¿Su experiencia en L'Oceanogràfic le ha allanado el camino?

R. He trabajado en una empresa pública durante cuatro años; conozco la dinámica de este tipo de empresas, y el circuito lo es.

P. El primer director del Circuit, Facundo García de la Cuadra, afirmó en una entrevista en este diario que la gestión de este tipo de instalación era "muy complicada"

R. He tenido la suerte de que Facundo abrió mucho camino. José María Oltra también hizo su papel. Hay mucho trabajo hecho, y bien hecho, por lo tanto, y como me enseñaron en el colegio, no hay por qué tocarlo. Lo que hay que hacer es estimular a la gente para que siga trabajando en la misma línea y conseguir la organización de más competiciones, así como atraer a más público. De repente no podemos cambiar la naturaleza del circuito. Es una instalación preparada para que corran coches y motos. La gestión es espinosa porque debes de, por una parte, ofrecer alicientes al público, y por otra rentabilizar la inversión realizada. Si el circuito sólo fuera para los equipos y escuderías que vienen aquí, tendríamos que cerrar la persiana a las actividades menos rentables.

P. García De la Cuadra dijo en 1999 que el circuito sería rentable en 2003. ¿Significa esto que ya se ha amortizado la inversión?

R. El impacto económico en el entorno, la imagen de la Comunidad Valenciana en el resto del mundo... Esto es difícil de medir. A la hora de hablar de rentabilidad, hay que tener mucho cuidado. Desde su inauguración, la cuenta de resultados de explotación del circuito es positiva. Pero si tengo que hablar de la amortización de las obras, tendrá que pasar algún año más. El 94% del calendario de 2004, eso sí, está cubierto. Cada vez que alguien nos pide alguna fecha tenemos un problema. Esto es un éxito, claro.

P. El Circuit, pues, no necesita promoción en el exterior.

R. Para las líneas de negocio rentables no hace falta. Evidentemente, no todas las competiciones tienen el gancho del Mundial de motociclismo, que atrae a 120.000 personas en apenas tres días.

P. ¿Qué proyectos tiene?

R. Vamos a tratar de formar a más pilotos de la tierra, poteciar la escuela. De esta manera, la gente de la Comunidad Valenciana se volcará aún más, vivirá el motor con más pasión. En este sentido, no vamos a hacer otra cosa que continuar lo que se estaba haciendo. El circuito de Cheste es un modelo para otras instalaciones, que han copiado las iniciativas de los técnicos valencianos, como las competiciones de promoción. Uno de los próximos objetivos es impulsar el karting, por ejemplo, que en Valencia está un tanto apagado. Queremos poner el primer peldaño para que sea accesible a mucha más gente. El karting es una locura absoluta: hay padres que pagan entre seis y nueve millones de pesetas para que su hijo corra el campeonato regional. La idea es popularizar esta especialidad, inventar una fórmula para permitir que pueda llegar más gente. Y si sale un chaval muy bueno, pues promocionarle.

P. ¿En qué punto están las negociaciones para organizar un gran premio de fórmula 1?

R. Ahora mismo no hay gestiones. La fórmula 1 no es, de momento, nuestro producto. Ni en 2004 ni en 2005 se va a traer fórmula 1. Nosotros queremos optar a un gran premio, pero no puedo anunciar cuándo. Desde luego, no será en 2030; será antes, pero no es una obsesión. Montemeló tiene los derechos hasta 2006, y seguro que va a negociar para renovarlos. Nosotros no vamos a pujar. Para que Cheste acogiera un gran premio deberían darse una serie de circunstancias. Primero que el organizador quiera organizar más de dos carreras en un país. Hay otra opción, que es el Gran Premio de Europa, que ahora se disputa en Alemania, pero bueno... La fórmula 1 es muy exquisita, todo depende del dinero que estés dispuesto a desembolsar.

P. Pero también sería muy rentable.

R. Sin duda. Las 80.000 personas que van a ver la carrera de Montemeló pagan 30.000 o 35.000 pesetas por una entrada. La mitad del público son extranjeros, que gastan muchísmo dinero durante esos días.

P. Usted llegó al Circuit en medio de la polémica desatada por el piloto valenciano Héctor Barberá, quien fichó por el Seedorf Racing pese a tener contrato con el Circuit, que anunció que iba a exigirle al chaval la cláusula de indeminzación que estipulaba su contrato, 600.000 euros.

R. Hace días pedí a los periodistas que dejaran de hablar de este asunto, porque no beneficiaba a nadie. Se había creado un clima desagradable. Desde hace un tiempo, la situación es menos tensa, y esto ha generado un clima más propicio a la negociación. Tanto Barberá como el Circuit debemos de ceder algo. El mensaje del circuito es que la Generalitat hace un gran esfuerzo económico y humano para impulsar la carrera de muchos chavales. En este sentido, es injusto y doloroso que cuando triunfan se marchen y el Circuit no vea recompensado su esfuerzo.

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