Dibujos e insectos

El título de esta exposición insinúa el mito del pequeño David enfrentándose al temido gigante Goliat, aunque lo expresa en términos zoológicos como el mundo de las diminutas termitas que pacientemente corroen la tarima sobre la que se apoya el voluminoso y admirado elefante blanco. Estas metafóri-cas termitas del arte son los dibujos, esa infinidad de papeles que se amontonan en los estudios de los artistas mientras en las ferias, bienales y museos se rinde culto a los voluminosos elefantes blancos tecnológicos del vídeo, la imagen digital, la infografía o a los géneros del gran arte, como la pintura (cada vez más agigantada) y la escultura (en proceso de desma-terialización).

Sí. Parece oportuno dedicar algo de atención a unas prácticas creativas que, por ahora, siguen sin gozar del aura de la actualidad, resistiendo silenciosamente ante la cabalgata de los nuevos medios. Y es que el dibujo en su inmediatez revela mejor que cualquier otra forma de expresión las cualidades creativas del artista y, también, es capaz de hacer más evidentes sus incapacidades.

A pesar de que esta exposición, tal como se anuncia, "desea establecer un panorama del dibujo contemporáneo", la verdad es que esa tarea, realmente imposible, no se ve cumplida. Más bien se trata de una selección muy particular de ciertos hábitos de la expresión gráfica actual de la que han sido excluidos algunos tipos de dibujo muy significativos, como los que responden a la mimesis realista, a los bosquejos de obras, al análisis de fenómenos o los que muestran la ideación proyectiva. Con todo, es mucho y variado lo que se muestra, unas ciento cincuenta obras de cuarenta y cinco artistas de muy diversos países.

Frente al "arte del dibujo", propio de las prácticas académicas, es decir, frente a los trabajos gráficos acabados como obras en sí mismas, Pablo Llorca, el comisario de la exposición, se ha decantado por seleccionar unos dibujos, que actúan como las termitas minando los tópicos sobre el arte actual, eligiendo para ello unos trabajos de apariencia premeditadamente torpe y espontánea. Se aprecia en la selección un intento de mostrar que, frente a la tiranía del elefantiásico mercado del arte, muchos artistas actuales gozan de una desinhibición que les permite la libertad de errar y de mostrar sus más inmediatos impulsos que son expresados en cualquier tipo de soporte y grafiados con cualquier instrumento capaz de rallar o marcar. Es interesante destacar la importancia que en esta exposición se ha concedido a la influencia que el cómic está ejerciendo sobre algunos artistas, tanto en los aspectos gráficos, como en la voluntad narrativa.