Debate mundial sobre la valentía o cobardía del 14-M
'Financial Times' y 'The New York Times' lo tildan de lección de democracia
Al castigar al Gobierno de José María Aznar por su temeraria e impopular participación en la guerra de Irak y por intentar manipular políticamente los atentados del 11-M, los electores españoles se han convertido en protagonistas activos en la escena política internacional. Por quinto día consecutivo, los grandes diarios del planeta consagraron ayer sus portadas a España. Destacaban dos elementos. Uno, el anuncio de Zapatero de que retirará las tropas españolas de Irak a partir de junio si la presencia militar extranjera en ese país no es asumida antes por la ONU. Otro, las reflexiones sobre el precio que pueden terminar pagando los gobernantes por sus mentiras.
El prestigioso diario económico británico Financial Times consagraba su editorial al 14-M con este rotundo titular: "España nos da una lección de democracia". Saliendo al paso de las interpretaciones interesadas que están efectuando sectores conservadores de EE UU y Europa vinculados con el Gobierno de Bush, el editorial afirmaba: "La elección del domingo puede parecer una victoria de Al Qaeda. Pero esta descripción no es convincente. No se puede concluir que España se acobardó ante el terror a gran escala (...) No cabe duda de que los españoles se alzaron frente al terrorismo, con 12 millones de personas manifestándose el pasado viernes".
'The Wall Street Journal': "Los terroristas han derrocado un Gobierno de la coalición"
Ésa fue también la opinión expresada por The New York Times en su editorial. "El resultado [de las elecciones españolas] podría verse como una victoria para los terroristas. No compartimos esta opinión". El más influyente diario generalista norteamericano señalaba que el 14-M ha significado "un golpe importante a la estrategia de Bush", pero rechazaba que sea una derrota de la democracia y de la lucha contra el terrorismo islamista. Al contrario, para este periódico "ha sido un ejercicio sano de democracia, donde un cambio de Gobierno es simplemente eso: un cambio de Gobierno, no un cambio del carácter nacional".
Como otros medios británicos y de EE UU, The New York Times hizo una lectura nacional del 14-M y denunció los "deseos de la Casa Blanca de convertir la elección [la presidencial estadounidense del próximo otoño] en un asunto de miedo y seguridad nacional". Será "una opción entre dos hombres y dos políticas, no un referéndum sobre el terrorismo". Tradicionalmente derechista en su línea editorial, The Wall Street Journal aseguró en su editorial: "Los terroristas van a sacar una conclusión de las elecciones españolas: matando a unos inocentes han sido capaces de derrocar a uno de los pilares de la coalición occidental contra el terror". El diario económico neoyorquino quiso jugar a los profetas y afirmó: "La ola de emoción que ha elegido al señor Zapatero se esfumará pronto, pero la sabiduría que motivó al señor Aznar ante el terrorismo permanecerá".
Pero de nuevo fue la prensa progresista francesa, que el lunes atribuyó explícitamente en sus portadas la derrota del PP a sus mentiras sobre Irak y sobre los atentados del pasado jueves, la más entusiasta con el 14-M. En Le Monde, Emmanuel Négrier escribió que los resultados de las elecciones españolas significan "una reacción moral ante el uso del drama madrileño con fines electorales". En ese mismo diario, Claire Tréan afirmó que los votantes españoles han modificado "de forma irresistible" las relaciones entre EE UU y Europa. "George Bush", según Tréan, "ha perdido mucho más que el apoyo indefectible de Aznar. Se han desatado las lenguas".
El también francés Libération hizo una interesante reflexión. "Aznar", dijo en su editorial, "ha sido un adepto entusiasta del credo que confunde el antiterrorismo como tarea urgente que debe ser llevada a cabo de forma implacable con el antiterrorismo como ideología". Nunca desde la Guerra Civil de 1936-1939 una tragedia española, como lo fue el 11-M, ha sido vivida con tanta intensidad y tanta solidaridad por el resto del mundo. Y nunca desde entonces una reacción del pueblo español había influido de tal modo en los debates políticos de muchas naciones y en los asuntos internacionales. Con su participación en la guerra de Irak, Aznar decía desear que España "contara en el mundo". Pero se negó a escuchar al pueblo español, que no quería pesar en la arena internacional con una guerra que mayoritariamente consideraba ilegal y peligrosa. Ahora el pueblo español ha hablado libremente y su opinión cuenta en el planeta.
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