Los populares han sido incapaces de ejecutar el proyecto en tres mandatos con mayoría absoluta
La controversia en Alicante por el proyecto del gobierno que preside el popular Luis Díaz de construir un palacio de congresos en una ladera del emblemático monte Benacantil surgió nada más concretarse el emplazamiento, en el primer mandato del PP en Alicante (1995-1999). Pero fue en marzo de 2001, tras recibir del TSJ una resolución contraria a su proyecto, cuando el alcalde montó en cólera e hizo que el grado de polémica subiera hasta un punto de que hoy, tres años después todavía se mantiene. Díaz Alperi tachó de "frívola" la decisión judicial, que respondía a varios recursos contra la obra. "Un juez, sin saber de qué va el tema, suspende cautelarmente las obras; no tiene ni idea", dijo entonces. Y agregó que la decisión judicial es "de una frivolidad importante", porque "lo menos que debe hacer un juez es dejarse tomar el pelo por un ciudadado". El ciudadano aludido por Alperi era uno de los promotores de los recursos, el doctor en arquitectura Manuel Ayús, a quien el alcalde dedicó el mismo comentario: "No tiene ni idea" Alperi remachó así su crítica al tribunal: "Es para decirle al señor juez que se dedique a otra cosa", e insistió en que el TSJ había parado unas obras que ni siquiera han empezado.
El proyecto del edificio ha recibido críticas, no sólo por el emplazamiento, sino también por su escasa funcionalidad. Los técnicos municipales han advertido de la imposibilidad de que el palacio, tal y como se ha encajado en la ladera del monte, disponga de accesos para el tráfico rodado. El edificio ocupa un 1,4% de la superficie total del Benacantil. Con un presupuesto superior a los 4.000 millones de las antiguas pesetas, el proyecto incluye tres salas con capacidad para 3.000 personas.
Díaz Alperi, en su primer mandato (1995-1999), se empeñó en emplazar el edificio en una de las laderas del Benacantil, monte coronado por el Castillo de Santa Bárbara (Bien de Interés Cultural). El alcalde encontró una fuerte oposición política y ciudanana (15.000 firmas registradas en el Ayuntamiento contra el emplazamiento). El ex alcalde socialista José Luis Lassaletta encabezó la plataforma ciudadana Salvem el Benacantil, entidad que recurrió el emplazamiento por la vía del contencioso administrativo en el Tribunal Superior de Justicia. El fondo de aquel lejano recurso aún está pendiente de resolver.
Tras un polémico dictamen del Consell Valencià de Cultura, se allanó el camino para levantar el edificio en el Benacantil. Pero pronto llegaron nuevos recursos e impugnaciones. Hasta hoy, cuando las obras ni siquiera han comenzado
La oposición se cuestionó ayer a qué se debe el "empecinamiento" de Díaz Alperi por construir el palacio en la ladera del monte alicantino. Ángel Franco, secretario general del PSPV en Alicante, aseguró que tras presentarse el proyecto se registraron en la degradada zona de San Antón varias operaciones de compra-venta de solares, algunas de ellas para construir hoteles en los aledaños del futuro palacio de congresos. Franco aseguró que había demasidas personas cercanas al PP muy interesadas en que el palacio se construyera en el lugar propuesto por Alperi.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.