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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Ciudadanos del mundo, con España

Deseo demostrar mi solidaridad con todas las víctimas del ataque terrorista del 11 de marzo en Madrid. Viví allí en 1993, y gocé de la gente y la ciudad. Ahorita vivo en Nueva York, y recuerdo las expresiones de condolencia de mis amigos españoles después del día horrible, el 11 de septiembre de 2001. No hay palabras perfectas en cualquier lengua del mundo para expresar el dolor causado por un ataque sin sentido contra gente inocente.- Corene Kendrick. New York, NY, USA.

Ante el dolor y el espanto de lo que están viviendo no caben muchas palabras, ni análisis por nuestra parte: sólo el corazón que les expresa la solidaridad y el pesar por tanto daño producido por este atentado que enluta a su país y a toda la comunidad internacional. Sencillamente queremos decirles que su dolor también es el nuestro.- Sandra Pizarro y tres firmas más. Mendoza, Argentina.

Soy un ciudadano británico y les escribo para expresar el horror que siento por el furioso ataque terrorista cometido en su precioso país. Me gustaría trasladarles que millones de ciudadanos británicos, y muy especialmente aquellos que nos consideramos apasionados de España y de los españoles, les acompañan profundamente en el sentimiento.

Derramamos nuestras lágrimas con todos ustedes por las víctimas de este atentado, a las cuales incluimos en nuestras oraciones. Un abrazo muy fuerte para todos.- Christopher Morgan. Londres.

Los nicaragüenses sentimos una gran tristeza en nuestros corazones, pues el hermano pueblo de España ha sufrido una gran pérdida. No hay palabras que expliquen el dolor del mundo ante esta tragedia. Les enviamos nuestras más sentidas condolencias y nuestro apoyo en vuestra lucha, en vuestro futuro. Vuestro dolor es también nuestro y vuestra lucha es también nuestra. No os dejéis doblegar, que no estáis solos: el humilde pueblo de Nicaragua está con vosotros.- Martha Fonseca.

Estimados amigos, escribo desde Filadelfia, EE UU, la ciudad que se llama la cuna de la libertad. Hace casi veinte años que pasé un año lindísimo estudiando en Madrid. Os considero mis amigos, y España, mi segundo país. Sólo quiero deciros cuánto lamento vuestro dolor y tristeza por los actos de terrorismo del 11 de marzo. Sepáis, por favor, que rezamos por vosotros y que estaráis en nuestros pensamientos y corazón siempre. La libertad y la juticia triunfarán. Muchos abrazos.- Jennifer P. Cheung.

Nuestra mañana del jueves, ocurrió, como siempre, después de la vuestra. Cuatro horas de horror habían transcurrido el 11 de marzo para vosotros cuando prendimos la TV para ver el tiempo, en este fin del verano austral caprichoso. Nuestro horror lo manifestó nuestra hija, de 10 años, que nos dijo que llamáramos a José y María Antonia y a las niñas. Que se vengan, papá, que no vivan más allá, que matan, papá. ¡Cómo le decimos que lo valiente es quedarse! Que lo que detiene el horror es seguir cogiendo el tren en Guadalajara, en Santa Eugenia, en El Pozo. Que José y María Antonia y las niñas tienen que seguir bajándose en Atocha. Aunque nos duela aquí en este verano caprichoso.- Leonel Sierralta. J. San Carlos de Apoquindo. Santiago, Chile.

Como ciudadano neozelandés y persona que ha visitado muchas veces España y su capital, quisiera expresar mi conmoción ante las atrocidades del 11 de marzo. Aquí, en sus antípodas, estamos muy lejos de España, pero en los corazones de todos en Nueva Zelanda hay una combinación de conmoción y tristeza ante los horrores que han sucedido en su ciudad, con sentimientos de simpatía para las víctimas y sus familias. Aquí, en estos días, somos todos españoles. Viva una Espana democrática y libre. El terro

rismo nunca vencerá. Que Dios les bendiga a todos que aman la paz y la amistad entre los hombres y las naciones.- Leo Kelly. Nueva Zelanda.

El pueblo de México se solidariza con el pueblo español en estos momentos tan difíciles y condena tajantemente este acto criminal contra la humanidad. Un abrazo.- Efrén Muñoz Llamas. Monterrey, México.

Que todos los españoles sepáis que no estáis solos en vuestro dolor. Que todo el mundo civilizado se une a vosotros en el horror por el salvaje ataque a España.Después de haber llorado todas las lágrimas y gritado toda la rabia, no nos queda más que confiar en el espíritu y en la fortaleza de vuestro gran país, y en la solidaridad que nos une como seres humanos.- Fabrizio Maronta, Roma. Italia.

Soy francés y vivo a mil kilómetros de Madrid. Desde el juevesmi corazón está en Madrid. Sé que, en estas circunstancias, las palabras son nada frente a la increíble estupidez humana. Sólo quisiera expresar, en mi nombre y de parte de numerosos amigos, nuestra solidaridad y tristeza a todas las familias y al pueblo español, que conocemos por su humanidad profunda y su dignidad. Michel Leroy.

De repente, un día miraremos el mar y éste será de color rojo sangre. Ocurrirá un día cualquiera, tanto nos estamos acostumbrando que ni nos damos cuenta. El mar, azul en su esencia, el planeta azul, será rojo, y ya en casi nada nos diferenciaremos de Marte, frío y sin vida. Habrá que modificar poemas y libros que hablen del mar y las pinturas y fotos, y la desaparición del epíteto más famoso irá acabando poco a poco con la poesía. La poesía que crea belleza y fe en el mundo, parte integrante de la confianza en el ser humano.

Sin esa confianza, desaparecerá todo esto de repente tras un largo poco a poco, también la justicia, la solidaridad, la libertad, el amor... Lo que quede no será ya vida, sino otra forma de existencia, una suerte de subsistencia. Y el 80% del planeta no será agua, sino sangre derramada. Desarrollaremos, y esto es lo único positivo, capas especiales de protección ante el dolor, el horror y la desolación más absoluta. Por las noches no nos haremos preguntas que no nos dejen dormir, y no nos afectará lo deshonesto e injusto. Hoy, de momento, seguiremos llorando de impotencia y rabia, ayudándonos, solidarizándonos con el alma en vilo, agrupándonos para sentirnos aún unidos en algo y racionalizando sin comprender nada, para que lo irracional no nos paralize. Mil besos, Madrid.- Antonio Quiles Villanueva. Arnhem. Holanda.

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