Al menos 11 víctimas mortales en un doble atentado suicida en Israel
Sharon cancela una entrevista con el primer ministro palestino
Once personas resultaron asesinadas ayer y una veintena heridas en el puerto israelí de Ashdod como consecuencia de un doble ataque suicida perpetrado por activistas de Hamás y las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa. El primer ministro israelí, Ariel Sharon, decidió aplazar por tiempo indefinido todos los contactos con el equipo del jefe de Gobierno palestino, Ahmed Qurei, con quien debía entrevistarse mañana.
Nabil Masud y Mohamed Salem, ambos de 18 años, vecinos del campo de refugiados de Jabalia, al norte de la franja de Gaza, y militantes de las formaciones palestinas Hamás y las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, respectivamente, se inmolaron con una carga explosiva en el puerto israelí de Ashod, provocando al menos once víctimas mortales y dos docenas de heridos. Este es el primer ataque palestino que sufre Ashdod, el segundo puerto de Israel, después de Haifa, tras el estallido de la segunda Intifada, hace tres años y medio.
El primero de los suicidas, Nabil Masud, activó su cinturón explosivo antes de tiempo, en la misma verja del puerto, en el momento en que las fuerzas de seguridad le negaban el paso. Al parecer su acción no provocó ningún daño. Sin embargo, su compañero logró entrar en el interior del recinto, dirigirse a una de las factorías y hacerse estallar con su carga explosiva en las cercanías de un gran depósito que contenía productos químicos.
La operación fue reivindicada por las dos milicias radicales en una llamada telefónica efectuada a la estación de televisión Al Menara, con sede principal en Beirut, propiedad del movimiento fundamentalista libanés Hezbolá. Minutos más tarde, el jeque Ahmed Yassin, el jefe espiritual de Hamás, efectuaba desde su domicilio de Gaza unas declaraciones a la prensa asumiendo en nombre de la organización el ataque y asegurando que las operaciones bélicas continuarían mientras el Ejército israelí no se retire de Gaza.
El ataque contra las instalaciones portuarias de Ashdod, situado a unos cuarenta kilómetros al sur de Tel Aviv, provocó la alarma de las autoridades militares israelíes, ya que cerca de donde se produjeron las explosiones se encuentra la base naval más importante de la Marina de Israel. El mando puso las instalaciones en situación de máxima alerta y se reforzó la vigilancia, en previsión de nuevos ataques.
Los servicios secretos de Israel, Shin Beth, trataban de averiguar de qué manera los dos suicidas habían logrado salir desde el campo de Jabalia, en el interior de la franja de Gaza, y llegar hasta Israel. Los investigadores barajaban diversas e inquietantes hipótesis, entre las que se encuentra que hubieran llegado por mar o bien a través de un túnel por debajo de la verja que marca la frontera.
El ataque provoco la reacción airada del Gobierno israelí, que decidió suspender los preparativos de la reunión cumbre entre Ariel Sharon y Ahmed Qurei, que debía celebrarse el próximo martes y que iba a suponer el primer encuentro de los dos jefes de Gobierno en los últimos ocho meses. La reunión, forzada por la comunidad internacional y especialmente por Estados Unidos, tenía como principal objetivo examinar el Plan de Desconexión, diseñado por Sharon, cuyo primer paso es el desmantelamiento de las colonias de Gaza, el repliegue del Ejército de la zona y la devolución de Gaza a la Autoridad Nacional Palestina.
La acción de los dos grupos radicales demuestra el fracaso del plan de pacificación puesto en marcha por la Autoridad Nacional Palestina hace pocos días en la banda de Gaza, con el que se pretende restablecer el orden, desarmar las milicias y acabar con el caos y la anarquía. El plan, que cuenta con el asesoramiento de los servicios secretos egipcios y británicos, intenta de manera escalonada poner en marcha una serie de medidas y controles de seguridad a lo largo de cinco semanas, que debiera culminar con la retirada de las armas de los grupos radicales.
Radicales
El plan de la Autoridad Nacional Palestina está siendo criticado duramente por las organizaciones radicales, que reclaman el derecho a continuar manteniendo sus armas para poder así efectuar ataques contra el Ejército israelí. Estas organizaciones, capitaneadas por Hamás, han presentado un plan alternativo de seguridad, que tratan de discutir con los responsables del Gobierno palestino.
Protesta kurda en Siria
Numerosas oficinas y edificios del Gobierno sirio de diversas ciudades de la provincia de Haasake, al norte del país, de mayoría kurda, fueron ayer incendiados por grupos de revoltosos en protesta por los incidentes acaecidos en los dos últimos días en el transcurso de los cuales las fuerzas policiales mataron a entre 15 y 40 personas.
La agencia de prensa oficial siria, Sana, informó ayer de la gravedad de la revuelta y aseguró que afectaba a la capital, Haasake, en el noreste del país, así como a otras ciudades de la provincia. En opinión de la agencia, los actos eran "condenables e injustificables, además de una ofensa a la seguridad del país y a su estabilidad, que está considerada el principal medio para la unidad nacional".
Algunos partidos políticos sirios, organizaciones de defensa de los derechos humanos y representantes de las facciones kurdas han firmado un comunicado en el que reclaman una investigación de los incidentes.
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