_
_
_
_
MATANZA EN MADRID | Los daños materiales

500 operarios trabajan en reparar los daños que causaron las explosiones

Renfe espera poder restablecer el servicio de trenes de cercanías el lunes por la mañana

Unos 500 operarios de Renfe trabajan desde el pasado jueves para que las zonas afectadas por los atentados vuelvan a la normalidad. Empleados de mantenimiento e infraestructuras, circulación y cercanías dedican las 24 horas del día para que el servicio ferroviario pueda restablecerse el lunes, a primera hora. La estación de Atocha está ya recuperada. Los trabajos de desescombro se centran ahora en la calle de Téllez y las estaciones de El Pozo y Santa Eugenia, donde están afectadas las catenarias y las vías. Los vagones destrozados han sido trasladados a Villaverde, y allí serán desguazados.

Por todas partes, en la calle y en los andenes, hay homenajes en memoria de los fallecidos
Más información
El Ayuntamiento destaca la excelente coordinación de las emergencias el 11-M

Una gran grúa perfora, una y otra vez, el techo del vagón, mientras otra recoge los desechos que son, finalmente, acumulados en un contenedor. Los operarios de mantenimiento de Renfe están despedazando, literalmente, el tren que estalló a las 7.39, a la altura de la calle de Téllez, junto a la estación de Atocha. El objetivo es trocearlo para cargarlo después en un tráiler y llevarlo al desguace, en Villaverde. Todos los vagones afectados por los atentados del jueves serán trasladados allí.

Renfe puso en marcha su dispositivo especial para la reconstrucción de la zona afectada a las dos de la tarde del jueves. Fue entonces cuando los operarios pudieron acceder a los cuatro lugares heridos: las estaciones de Atocha, El Pozo y Santa Eugenia, y la vía de la calle de Téllez.

Los destrozos fueron mayores en esta última, donde los trabajos de desescombro y reparación continúan. Lo más dañado ha sido la catenaria. Los operarios trabajan con generadores eléctricos y maquinaria diésel. Las vías también están dañadas. En Atocha están tendidas sobre hormigón, por lo que apenas sufrieron por las explosiones. En el resto de las estaciones, el colchón es de grava o piedra, que se convirtieron en metralla cuando los vagones reventaron.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Junto a la calle de Téllez, unos 150 empleados de Renfe trabajan sin descanso. Algunos han hecho turnos de 48 horas, otros esperan trabajar 72. Aún encuentran restos humanos, además de objetos personales, como relojes y pendientes. Cuando lo hacen, miembros de la Polícia Judicial proceden a su recogida. Los operarios, reconocibles por sus chalecos amarillos, están física y anímicamente destrozados. Comen en bares cercanos y vuelven al trabajo. Procuran dormir en casa, si es que duermen. Pero nunca desconectan. Y cuando llegan a casa, se derrumban.

La estación de Atocha, donde explotó otra de las bombas, está recuperando la normalidad. Las tareas de limpieza concluyeron a las dos de la tarde del viernes. Fue un trabajo muy duro: los operarios encontraron sangre en todas las vías, incluso en la 7, a pesar de que fue en la vía 2 donde estalló el tren.

La única marca visible sobre los raíles son las manchas blancas que señalan dónde explotó una bomba. Desde el extremo del andén se ven algunas mantas apiladas, un par de camillas, sillas de ruedas y bolsas de basura. En las paredes hay alguna muesca causada por la onda expansiva en el hormigón.

Menudean los velatorios improvisados para recordar a las víctimas. Hay decenas de ellos, en la calle, en la terminal de Cercanías, en los andenes. Grupos de ciudadanos en silencio observan las velas encendidas, los carteles con frases de ánimo para los familiares y las peticiones de explicaciones: "¿Quién ha sido?".

Los trabajadores de la estación aseguran que están recuperando, poco a poco, la normalidad. En las oficinas del CIC (Centro de Información de Cercanías) y del Gabinete de Circulación -que controla el movimiento de los trenes-, con vistas a las vías, los cristales rotos han sido sustituidos por madera contrachapada. Queda el nerviosismo, que se dispara cada vez que algún viajero deja olvidada una mochila. "La gente se ha volcado. La empresa, los viajeros, todo el mundo ha puesto de su parte para que todo vuelva a funcionar", agradece José Antonio García, del CIC, desde donde se registran todas las incidencias de la red.Renfe calcula que las tareas de recuperación habrán concluido el domingo. Entonces se realizarán algunas pruebas, con el objetivo de que el lunes, a primera hora, la red de Cercanías funcione de nuevo, como lo hacía cada día hasta el fatídico 11-M.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_