Una ley que quiere ser símbolo

Oriol Nel.lo es un político entusiasta. Sonríe en los peores momentos y no pierde nunca una punta de esperanza. Pero ahora lo hace, dice, con muchos motivos: 600 millones de euros son, afirma, suficientes motivos. Pero no pierde pie: "Es dinero, pero tampoco una fortuna. En Cataluña hay que invertir más de dos billones, hablo en pesetas, en infraestructuras. 100.000 millones para rehabilitar barrios es comparativamente poco. Y, además, a los habitantes de esos barrios se les debe".

Nel.lo asegura que el hecho de que la ley de fomento de los barrios sea la primera que tramita el Gobierno catalán es un símbolo del compromiso con los menos favorecidos.

La intervención del Gobierno catalán, explica Oriol Nel.lo, busca también frenar la caída de los precios en estos barrios, cuyos habitantes pugnan por cambiar de zona. Se trata, añade, de advertir al vendedor de un piso de que se va a apostar por el entorno e invitarle a no vender, porque "aunque en otras zonas frenar el precio de la vivienda puede resultar muy conveniente, en estos barrios no queremos que pase, queremos darles más valor".

La intervención tiene que ser, insiste, integral e influir en los aspectos sociales, urbanísticos y económicos. Rehabilitar edificios, instalar servicios y equipamientos, regenerar la vida económica, equilibrar los usos de los edificios, potenciar la actividad laboral. Problemas que comparten algunos cascos antiguos de ciudades y algunos polígonos más nuevos pero crecidos de cualquier manera.