La jornada bursátil más negra del año
Las bolsas europeas sufren fuertes caídas durante la sesión por el temor de que el atentado haya sido obra del terrorismo islámico
Ayer por la mañana, en la mesa de contratación (llena de ordenadores y teléfonos) de la firma bursátil Ibersecurities, faltaban dos de los 25 empleados que la componen. Como un día cualquiera, a las ocho de la mañana comenzó el morning meeting, la reunión conocida por su términos ingleses donde se plantean las claves de la jornada para los vendedores. Todavía ajenos a la masacre que se acababa de cometer a sólo unos kilómetros, los operadores vislumbraban un día negro en los mercados por la caída de Wall Street del miércoles, con una pérdida del 1,53%. "A primera hora, ése era nuestro principal temor", apunta Juan Cueto, director de Estrategia de Ibersecurities, filial del Banco Sabadell.
La indiferencia bursátil, por lo menos en el parqué de Madrid, dejó paso a la conmoción y al estupor de los intermediarios a medida que se conocían las dimensiones del atentado y aumentaba la lista de víctimas. La Bolsa de Madrid, arrastrada por Wall Street, llegó a registrar una caída del 1,66% en los primeros 10 minutos. Hasta ese momento, el resto de bolsas europeas seguía pendiente de EE UU y sólo miraba de reojo a Madrid.
En la casa de valores pronto supieron que una de sus compañeras se había salvado por los pelos. Todos los días elige entre el metro o el tren de cercanías en el apeadero de Santa Eugenia, donde explotó una de las bombas. Ayer escogió el metro y se salvó de la masacre. Otro de los operadores, vecino de Toledo, no pudo llegar a su puesto de trabajo porque cortaron los trenes con destino Madrid. Sus compañeros respiraron tranquilos.
Pasaban las once de la mañana. Subía escalofriantemente la cifra de muertos, pero los mercados se mantenían estables, dentro de una cierta atonía, con el Ibex 35 rondando los 8.150 puntos. Los clientes mantenían la calma, no abundaban las órdenes de venta. Los intermediarios de toda Europa comenzaron a llamar nerviosos a muchas de sus filiales, colegas o asociados en Madrid. Preguntaban si todos estaban bien, mientras les atormentaba el fantasma del 11-S que acabó con tantos compañeros. Cuestionaban la autoría del atentado. Desde Londres, París, Francfort, preguntaban si ETA podía ser capaz de cometer un atentado tan brutal. ¿Era ETA o Madrid había sido víctima de un atentado terrorista perpetrado por alguna organización internacional como Al Qaeda? Después de todo no era descabellado pensarlo teniendo en cuenta el papel de España en la guerra de Irak y su estrecha relación con EE UU. No era lo mismo si el atentado era de ETA, que no suele tener incidencia en los mercados internacionales, o si se trataba de un grupo internacional, lo que sí traspasa fronteras y crea verdadero pánico.
Al mediodía, los empleados de Ibersecurities, como los de tantas empresas, salieron a la calle para guardar un minuto de silencio en solidaridad de las víctimas. "Subes con mal cuerpo. La verdad es que a nadie nos apetecía mucho seguir operando, pero no queda más remedio", comenta Natalia Rodríguez, responsable de la mesa.
Cuando se empezaron a formular las más dramáticas conjeturas, el portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi, daba la puntada necesaria para sumir a los mercados en el terror más absoluto. Otegi afirmaba que el autor de los atentados no era ETA, sino la "resistencia árabe". Enseguida, los mercados europeos se desplomaron hasta perder entre el 3% y 4%. Curiosamente, las plazas europeas se hundían más que la española. Todo apuntaba a la debacle, como afirmó Josep Prats, director de Análisis de Ahorro Corporación.En pocos minutos, las compañías de agencias de viaje, el servicio de reservas Amadeus, las aerolíneas, como Iberia, y las aseguradoras, como Allianz, Axa, Aegon, caían entre el 2% y el 4%. "Si era terrorismo árabe, se reproducirían los temores del 11-S, por lo que el turismo y las compañías de seguros podían ser las más afectadas", apunta Cueto. Al cierre, Madrid cayó el 2,18%; Francfort, el 3,46%; París, un 2,97%, y Londres, un 2,20%.
Una hora después, el ministro del Interior, Ángel Acebes, aseguraba que "sin dejar lugar a dudas" era ETA. Los mercados parecieron tranquilizarse. Pero no en su totalidad. Quizá no se creyeron del todo la autoría del atentado o seguía influyendo Wall Street, que abrió con una ligera tendencia bajista. De hecho, el propio Acebes desvelaría, ya de noche y con los mercados europeos cerrados, que había otras líneas de investigación apuntando directamente al terrorismo islámico. A ello se sumó la posible reivindicación de Al Qaeda. Las bolsas americanas, que seguían abiertas, lo reflejaron. Nueva York comenzó a caer en picado y acabó con una pérdida del 1,64%, que contagió a las latinoamericanas (México perdió 2,53% y Sao Paulo, el 4,19%) y no augura nada bueno para hoy.
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