"Miraba la hilera de muertos y, al tiempo, sonaban sus móviles"
Beatriz Martín, sanitaria, no olvidará el olor de la carne
"Me he encontrado con dos cuerpos fuera de la estación, en plena calle. Dentro era terrible ver a los bomberos sacar tantos trozos. Había algunos que sólo tenían el tronco. Pero la impresión que no puedo olvidar es ver una hilera de cadáveres y, al tiempo, sus móviles sonando...".
Beatriz Martín es una veterana del servicio municipal de emergencias, pero pese a su experiencia se le quiebra la voz antes de concluir la frase, "...supongo que de sus familias para saber cómo estaban". Tras un breve silencio continúa: "Lo de hoy [por ayer] te llega a afectar psicológicamente porque sacas un cuerpo y oyes a los compañeros que hay otro, y otro, y otro más".
"Y luego, el olor. El olor de la carne". Aunque hace horas ya que abandonó la estación de El Pozo y se encuentra, aparentemente, relajada con sus compañeros intercambiando impresiones frente a la estación de Atocha, Beatriz baja la voz al evocar los recuerdos de la mañana. "Nos han dado mascarillas. Si no es por eso no creo que hubiéramos podido trabajar. El olor es lo que más me ha impactado", concluye Beatriz.
La tarde se ha puesto fría y su compañero Javier Ayuso le presta por unos minutos su chaqueta mientras intenta mantenerse entero. "En nuestro trabajo, todos los días convives con la muerte. La muerte para nosotros es algo habitual si es que, desgraciadamente, puedes acostumbrarte a algo así. Intentas mantener la cabeza fría, intentas ayudar. Pero puede que nos dé el bajón cuando lleguemos a casa y paremos para descansar", reflexiona Javier.
La hilera de muertos sobre el andén de la estación de El Pozo impactó en el ánimo de otro veterano de las urgencias. Juan Redondo, jefe del departamento de Extinción de Incendios del Ayuntamiento de Madrid, ha visto muchos fuegos, muchos quemados; ha extraído muchos cuerpos mutilados de coches retorcidos, pero nada hasta ahora como lo de esa estación.
"Hemos sacado heridos a puñados. Era increíble, muchos no sabíamos si estaban muertos o heridos. Era terrible incluso para nosotros que estamos acostumbrados a ver cosas. Parecía el andén de la muerte con todos los cadáveres puestos en fila. Es un siniestro del horror", concluye Redondo.
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