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Más de 500 niños palestinos han muerto y casi 400 han sido detenidos en la Intifada

Duras críticas al Ejército israelí por el alto número de menores víctimas de sus operaciones

Más de 600 menores de 18 años, tanto palestinos como israelíes, han muerto ya en la Intifada. Los últimos cuatro niños fallecieron tiroteados por los soldados israelíes esta semana en el transcurso de una incursión en los campos de refugiados de Nuseirat y Bureig, en la franja de Gaza, lo que ha provocado una oleada de protestas y críticas sobre la actuación de las tropas. "Es muy difícil determinar quién mató a estos niños, pero en cualquier caso, lamentamos la pérdida de vidas de ciudadanos inocentes", aseguraba ayer a modo de disculpa el capitán Jacob Dalal, portavoz del Ejército de Israel. Otros 370 menores palestinos se encuentran detenidos en cárceles de Israel.

La ONG Defence for Children International, con cuartel general en Ramala, ha asumido durante los últimos tres años y medio -septiembre 2000- la tarea macabra de contabilizar los niños palestinos muertos durante la Intifada. Según sus estadísticas, elaboradas con escrúpulo, los menores palestinos fallecidos se elevan a 523, nueve de los cuales este año. Los niños israelíes muertos son más de un centenar.

El año más sangriento, en cuanto a menores se refiere, se registró en 2002, en el que murieron 192 niños, seguido del año pasado, con 130. La región más atormentada es la de Gaza, con 271, seguida de Nablús, con 61. Según esta estadística, 170 menores palestinos tenían menos de 12 años de edad. En la mayoría de los casos se culpa al Ejército de ser el responsable de estas muertes, aunque en ocho casos los fallecimientos han sido atribuidos a colonos.

"Cuando muere un niño palestino tratamos de informarnos sobre el caso, recoger los datos y darle publicidad. No podemos hacer nada más. Los familiares de las víctimas son los únicos que pueden ejercitar acciones legales. Sólo nos consta el caso de una familia que haya ejercitado el derecho legal a una reclamación", aseguraba ayer Catherine Richards, portavoz de la sección palestina de Defence for Children International.

Los responsables palestinos de esta ONG, fundada en 1979 con ocasión del Año Internacional del Niño, vinculada a Unicef y al Consejo de Europa, tratan de tutelar además a los 370 niños que se encuentran detenidos en las prisiones israelíes. La mayoría de ellos, un 40%, están acusados de tirar piedras contra los soldados y penden sobre ellos condenas que llegan incluso a los seis años de prisión. Pero junto a ellos hay otros 35 que permanecen en situación de prisión administrativa, sin cargos.

La minuciosidad con la que los palestinos contabilizan sus niños muertos contrasta con la ausencia de datos exactos y oficiales por parte de los israelíes. Las estadísticas del Ejército recogen los muertos de manera global, 931, señalando sólo si son civiles -655- o miembros de las fuerzas de seguridad -276-. Las cifras de niños israelíes muertos las ha facilitado el Ministerio de Exteriores, que asegura que se elevan a 121, de los que 36 eran menores de 12 años. La cifra es aproximativa, ya que la organización de defensa de derechos humanos B'Tselem tiene registrados 104 muertos; 74 en Israel y el resto en los territorios ocupados.

El elevado número de niños muertos en la Intifada lleva desde hace tiempo preocupando a las organizaciones humanitarias e incluso a ciertas instituciones israelíes, incluido el Ejército, que ayer, desde las páginas del periódico Haretz, sufría una acerada crítica a raíz de las últimas cuatro víctimas. Desde la columna editorial el diario de Tel Aviv reclamaba a los mandos que den a los soldados órdenes para que tengan cuidado y no provoquen muertes inocentes. "El argumento de que los palestinos no tienen escrúpulos en utilizar niños como escudos humanos no absuelve al Ejército de responsabilidad", recalcaba el editorialista.

El capitán Jacob Dalal, de la oficina del portavoz del Ejército, explicaba a modo de excusa las difíciles situaciones en las que se ven obligadas a trabajar las tropas, especialmente por las maniobras de los hombres armados palestinos, que prefieren actuar desde zonas densamente pobladas, aun conscientes de que ello pone en peligro la vida de inocentes. Cuando una batalla llega al nivel al que se llegó en el campo de Bureig, en una situación de combate extremo, es muy difícil que nadie, aparte de los hombres armados, vaya a ser alcanzado. No queremos que mueran inocentes y tampoco queremos que los palestinos tengan más animosidad contra el Ejército. Israel siente la pérdida de vidas de niños. Nosotros no queremos matar niños. Lo sentimos".

Dos palestinos descalzos lanzan piedras contra un tanque israelí.
Dos palestinos descalzos lanzan piedras contra un tanque israelí.AP

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