Ruidos de muchas luces

Las maquinarias de los partidos son despiadadas. Cuando un telonero se desata, los técnicos de la logística electoral encienden y apagan luces rojas para avisarle que acorte. Cuando no funciona el toque discreto se opta por el escarmiento público con una subida ensordecedora del volumen de las sintonías electorales. Las luces primero parpadean y después atronan. La campaña tiene sus peculiares sonidos.

- Perdón, pero en el váter. Cuenta el corresponsal de Efe que para huir de los ruidos de la caravana de IU, un periodista radiofónico se refugió en un retrete con la intención de enviar una crónica sobre la actividad de ese día de Diego Valderas. Al final de la grabación, los oyentes pudieron escuchar el sonido de la cisterna contigua del váter de señoras. Los directos son tan sinceros.

LA FRASE "Algunos no lograrían la modernización aunque estuvieran 40 años"

- Los micrófonos-trampa. Como el que ayer recibió a Teófila Martínez en Sevilla. Llegaba la azafata con el correspondiente vaso de agua, cuando se escuchó que decía, gracias al micrófono abierto: "Quítame el vaso, que es que me lo voy a cargar". La candidata gesticula mucho y, además, asistió en primera fila al desaguisado provocado días atrás por el alcalde de Huelva, Pedro Rodríguez, que rompió un vaso mientras braceaba en un mitin. En vez de pedir perdón, miró al público, hizo la señal de la victoria y aclaró: "Es que es el segundo que rompo hoy".

- Zetapepé. Tanto reirse de lo del zetapé desde los escenarios para que luego los responsables de seguridad del Partido Popular repartan acreditaciones a la prensa con una "zeta" pegada sobre la cartulina donde figuran las siglas del PP. Una casualidad silenciosa.

- El sonido del lapsus. Uno de Manuel Chaves a propósito de la investigación con células madre por las esperanzas que abre para enfermos de Alzheimer y de cáncer "de Colón".