De la madera al parqué

Dentro de un par de meses, si todo discurre según lo previsto, Manuel Jove Capellán, presidente de Fadesa, cumplirá una de sus dos metas: que la empresa que fundó hace unos 25 años a partir de un taller de carpintería cotice en Bolsa. Culminará así una brillante etapa empresarial de la inmobiliaria gallega, aunque para Jove, nacido hace 62 años en A Coruña, no ha transcurrido sin contratiempos. La otra meta del presidente de Fadesa es el liderazgo en el sector.

La junta directiva que preside (la familia posee el 71,3% de las acciones) ya había acariciado la idea de salir al mercado de valores en 1997. En 1998 tenía ya todo a punto para la operación, pero la valoración de la empresa y la volatilidad del mercado desaconsejó dar el paso final. Esta última etapa tampoco fue buena para la segunda meta. Desde que perdió con Bami la pugna por comprar Zabálburu, la compañía ha visto cómo eran sus competidores los que crecían por adquisiciones. Además, hace ahora dos años, la muerte repentina de María José Jove dejó a Fadesa sin su vicepresidenta ejecutiva, y a Manuel Jove, sin su hija mayor.

Pero en todo este tiempo, el antiguo carpintero -experto en la reproducción de todo tipo de muebles antiguos- que comenzó con las promociones inmobiliarias a los 17 años y que conserva en su casa un pequeño taller al que dedica el tiempo libre, no se cruzó de brazos. Nombró vicepresidentes a sus otros hijos, Manuel Ángel y Felipa, y Fadesa se dedicó a crecer (una tasa anual de crecimiento compuesto de un 40% en los últimos cinco años). Gracias únicamente a su propio impulso se ha aupado al tercer puesto del sector por volumen de negocio (525 millones el año pasado, sólo superados por Metrovacesa y Urbis). También abrió el accionariado a socios de relevancia: Morgan Stanley, Modesto Rodríguez (un ex marino mercante, antiguo socio y amigo), Caja España y Artinver (José María Castellanos y Josefa Ortega, de Inditex), de mayor a menor.

La empresa coruñesa tiene un stock de 8.320 contratos de viviendas ya firmados (1.211 millones de euros) y una cartera de suelo de 11 millones de metros cuadrados edificables. Con todo esto, Fadesa entrará en Bolsa tras casi dos años sin una cara nueva en el parqué. Y se supone que lo hará para cargar sus baterías financieras con vistas a acometer la ambición pendiente de Jove: convertir a su empresa en la número uno. Quienes le conocen, aseguran que no es de los que se frenan ante los obstáculos, pero tampoco de los que los saltan sin saber qué hay al otro lado.