Los Juegos de la seguridad
Los Juegos Olímpicos de Atenas, los primeros post 11-S, van a estar marcados por las medidas de seguridad. Desde hace meses, las fuerzas de seguridad y los servicios de emergencia griegos, junto con asesores y expertos extranjeros, principalmente norteamericanos, realizan maniobras en escenarios de pesadilla. Como, por ejemplo, una explosión en una estación de tren cerca de Atenas con liberación de gas nervioso, al tiempo que se produce el secuestro de un ferry repleto de turistas anglosajones. La que se prepara para el miércoles promete ser gorda: secuestro aéreo, ataque con armas de destrucción masiva y toma de rehenes. También puede ser polémica porque van a participar 400 soldados de EE UU, lo que no hace mucha gracia en este país con un fuerte sentimiento antinorteamericano.
Oficialmente, el presupuesto dedicado a la seguridad de los Juegos es de 650 millones de euros, tres veces más que el que se destinó en Sidney 2000, siendo el presupuesto total de 1.920 millones. Asimismo, el Estado griego ha destinado una partida de 4.640 millones a obras de infraestructuras no relacionadas estrictamente con los Juegos, que, según admiten fuentes próximas al Gobierno, será superado al final en un 30%.
Además, está el problema de los retrasos en las obras, buena parte de ellas ya fuera de plazo. Los principales puntos negros son el techo del Estadio Olímpico Spyros Louis, una cubierta de cristal diseñada por el arquitecto español Santiago Calatrava, y el acondicionamiento y pavimentación del camino que en el año 490 antes de Cristo recorrió el gran Filípides para anunciar la victoria en la batalla de Maratón contra los persas. Pese a las demoras, la quiebra de algunas de las empresas contratadas, los presupuestos sobrepasados y la alarma en el exterior, es difícil encontrar a un griego que dude de que al final, en el último minuto, Atenas 2004 estará lista en agosto.
Quienes están en pie de guerra son las prostitutas registradas oficialmente de la capital, que recientemente fueron a la huelga durante tres días -la prostitución es legal en Grecia desde 1999- por temor a que las autoridades limitasen su profesión en aras de dar una buena imagen de la ciudad durante los Juegos y perder terreno ante la llegada de otras profesionales del extranjero en un momento de gran demanda.
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