La Comisión quiere europeizar los medios

Hace menos de un año, en abril de 2003, la Comisión Europea hacía un llamamiento a los responsables de radios y televisiones de los 15 Estados de la UE para alentar a la emisión de programas que pudieran "contribuir a una mejor percepción de la Unión" por "una audiencia siempre creciente". La Comisión se comprometía a financiar hasta la mitad del coste (sin pasar de 75.000 euros para las radios y de 300.000 para la televisión), seleccionados según su originalidad y capacidad creativa. Tres asuntos destacaban: ampliación de la Unión, futuro de Europa e información general sobre la UE.

Sobre la ampliación, la Comisión pedía "un enfoque equilibrado" para demostrar "el poco o ningún fundamento de ciertos prejuicios y temores de naturaleza irracional", así como también "sensibilizar a los ciudadanos sobre los lazos históricos, culturales y humanos entre los Estados que van a ingresar y los miembros". En materia de información, se aconsejaba que las emisiones ilustren "el vínculo entre la política europea y la vida del ciudadano", que reforzaran "la dimensión humana" y explicasen que problemas como la lucha antiterrorista, la defensa del medio ambiente o la seguridad alimentaria "no pueden tratarse separadamente por cada miembro".

La comunicación audiovisual y multimedia se ha convertido en el principal vector en la estrategia informativa de la UE. Esta estrategia, definida en 2002 por el comisario portugués António Vitorino, supone "una verdadera mutación cultural", que pasa por la adquisición "de una nueva cultura de la comunicación". Afirma Vitorino que los ciudadanos se sienten muy poco informados sobre Europa y culpan de su ignorancia a "medios y autoridades nacionales, pero también a las instituciones europeas".

Instituciones como la Comisión, el Consejo y el Parlamento reconocen que el resultado de los esfuerzos no ha respondido a las expectativas. Un funcionario de la Comisión se libra de la autocrítica subrayando una "falta de reflexión" sobre la televisión. "Se le da demasiada importancia a la prensa escrita sin preocuparse suficientemente de la audiovisual". Y añade que la televisión es el único medio para llegar a un público masivo. La comunicación de la Comisión es, según esta fuente, satisfactoria para un público que ya posea algún conocimiento de las instituciones, pero inoperante ante el gran público. Y sigue diciendo que la ampliación ha sido mal explicada, de forma que muchos creen que provocará inmigración masiva y fuga de empresas. En lo que respecta a los medios, queda mucho por hacer. Casi mil periodistas están acreditados ante la UE, de los que un tercio representa a radio y televisión. Los medios franceses están escasamente representados. Sólo grandes cadenas públicas como France 2 o France 3 tienen corresponsales. "Una presencia en Bruselas no se justifica", explica Bernard Volker, jefe de Internacional de la cadena privada TF1, quien matiza que las imágenes son siempre de llegada y salida de delegaciones.

[TVE tiene corresponsal y también algunas cadenas privadas]. La cadena de información Euronews apenas acaba de abrir una oficina en la capital de Europa.

Mientras los políticos no difundan un "mensaje positivo, todos nuestros esfuerzos serán vanos", se subraya en la Comisión. Y "Bruselas", una entidad mal definida con poderes maléficos, seguirá siendo cabeza de turco.