Perseguimos el mismo fin
Somos tres viudas del accidente del Yak-42. Desde ese fatídico día, el 26 de mayo de 2003, nuestras vidas cambiaron de forma brusca y dolorosa. Ese dolor se ha acrecentado al no tener respuesta veraz a ninguna de nuestras preguntas por parte del ministerio. Queremos resaltar que, para nosotras, lo único que es cruel y que nos hace un "daño bestial" es que no nos digan la verdad, y ya han transcurrido nueve meses...
Siempre hemos estado al margen de la política, y por supuesto no nos gusta vernos reflejadas en la prensa por este motivo, más aún cuando nosotras no hemos realizado al respecto declaración alguna.
Dos de nosotras pertenecimos a la Asociación de Familias Afectadas por la Catástrofe del Accidente Aéreo del Yak-42, que abandonamos por discrepancias con ésta, no porque pensáramos en ningún momento que estuviera politizada, ya que damos fe de que no es así.
Queremos dejar claro que todos los afectados perseguimos el mismo fin, que es el esclarecimiento de los hechos, por lo que nunca podremos estar divididos ya que nuestros familiares están y estarán hermanados eternamente. Precisamente nosotras tres somos de los familiares más activos en esa búsqueda de la verdad.
Para finalizar, hacemos un llamamiento público a la humanidad, lealtad y a la concienciación que nuestros 62 militares se merecían; ellos no eran un número, sino personas jóvenes con familia, ilusiones, templanza, seres excepcionales que dedicaron los últimos meses de su vida a ayudar a gente de otros mundos. Y dada su gran vocación humanitaria, y que dieron su vida por España, se merecen el respeto de todos y que les dejen descansar en paz.
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