Comprar una farmacia

He tenido la oportunidad de intercambiar las impresiones que quiero exponer y tengo constancia de muchos profesionales en situación similar.

Hace unos meses mi familia tomó la decisión de regresar a nuestra tierra, Granada, con la intención de continuar el ejercicio de la profesión más cerca de los nuestros. Comienzo poniendo un anuncio claro y visible en el tablón de anuncios de los colegios de farmacéuticos de Granada y provincias limítrofes y en la principal revista del sector; me di de alta como compradora en las dos o tres empresas serias de traspasos; consulté con amigos, miré anuncios de prensa; contacté con antiguos compañeros... en el transcurso de las semanas, y a través de algún familiar, entablé también relaciones con corredores oficiosos (sin licencia fiscal, sin alta en ninguna asociación profesional, sin preparación) que curiosamente son los que gozan de mayor reputación en esta zona (¿cuestión de precio?). Sin embargo, después de mil y un viajes, visitas y encuentros, sigo, meses más tarde, sin haber adquirido la deseada oficina de farmacia.

Sin hostilidad, pero con intención de arrojar alguna luz al mercado de los traspasos en Andalucía, todavía sin Ley de Ordenación Farmacéutica propia, quiero exponer las conclusiones a las que he llegado:

A la hora de poner en venta la farmacia, siguen predominando las posiciones más inmovilistas. Los farmacéuticos que se disponen a vender su farmacia hacen oídos sordos a experiencias en otras comunidades autónomas y prefieren seguir con privilegios del pasado. No venden su farmacia en un mercado libre, no negocian, sino que imponen las condiciones sin limitación. Si nadie traga, basta con retirar su oficina del mercado y esperar tiempos mejores.

Se establece una desleal competencia entre legítimos interesados y otros agentes económicos que distorsionan aún más tanto los precios como el resto de condiciones con la complicidad del vendedor. En casi todas las transmisiones se asume como algo obligado la entrega de importantes cantidades en dinero B (hasta un 40%). La cantidad a entregar irregularmente es uno de los pocos aspectos negociables.

Los intermediarios, oficiales y oficiosos, y algunos de nuestros dirigentes colaboran velada o abiertamente en que permanezca esta situación.

Urge legislar sobre las transmisiones de las farmacia (el Decreto 353/2003 abre esperanzas de avance legislativo en materia de ordenación autonómica) en Andalucía, donde la consejería debería intervenir para garantizar la transparencia de los traspasos y que no sean meramente especulativos.