Religión con calzador

Hace algún tiempo, el entonces obispo de Granada, Cañizares, emprendió una ofensiva de apostolado en los centros públicos de la provincia de Granada. Aunque los claustros nos opusiéramos a que el obispo nos hiciera la visita evangelizadora, éste presionó de todas las formas habidas y por haber. De manera que recibíamos llamadas de las autoridades locales pidiéndonos que, por favor, recibiéramos al obispo en el centro, que qué teníamos en contra, o bien se nos amenazaba con levantar a los padres y madres para que se nos forzara a que le diésemos el debido recibimiento. En la mayoría de los colegios el obispo se salió con la suya. Entró en el recinto escolar en horario lectivo, que no de religión, paralizando la marcha escolar, y pudo departir a su antojo con el alumnado sobre temas que poco tienen que ver con la ciencia. Poco tiempo después aquella ofensiva del obispo tuvo sus frutos. Fue ascendido en el escalafón eclesiástico. Había hecho méritos.

Ya se nos preparaba entonces el regalo de la religión obligatoria en la escuela. Obligatoria para todos los alumnos y obligatoria para nuestros hijos, seamos laicos, ateos o agnósticos. Religión con calzador. La Iglesia española se caracteriza por imponer sus criterios a creyentes o no creyentes. Lo ha conseguido. Con los últimos decretos de la LOCE no hay dios que se libre de la religión. Como en nuestra más tierna infancia y juventud.

Ahora, lo que ya no me deja salir de mi asombro es que la Iglesia prepara para las escuelas educación afectivo-sexual. ¿Pero en qué país vivimos?

Como todavía quedamos personas que defendemos una escuela pública y laica es por lo que colectivos y sindicatos como Pi y Margall, CGT, Sindicatos de Estudiantes... estamos proponiendo a la sociedad civil y democrática que exprese su protesta por la presencia de la religión en el currículo escolar y el próximo 12 de marzo habrá encierros en organismos públicos de maestros, padres y alumnos, para pedir la salida de la religión de los centros subvencionados con fondos públicos.