"Hoy el músico debe abarcarlo todo"
Martín Baeza Rubio (Almansa, 1972), primer trompeta solista de la Orquesta Sinfónica de la Ópera de Berlín, tiene una jornada laboral que supera con creces las 35 horas semanales. "Me dedico a la música desde que me levanto hasta que me acuesto, y algunas veces hasta durmiendo", ironiza. El lunes, este joven músico, miembro de la Orquesta creada por Claudio Abbado para el Festival de Lucerna (Suiza), obtuvo a cambio una recompensa: recibió el III Premio Orfeón Donostiarra- UPV de investigación musical, dotado con 3.000 euros, por su trabajo El maestro Enrique Fernández Arbós y su relación con San Sebastián y el Orfeón Donostiarra. Este violinista, compositor y director de orquesta, resalta, introdujo en España el sinfonismo y la música sinfónica coral.
"No he renunciado a nada por la música. Vivo con pasión mi profesión"
"Fernández Arbós importó el sinfonismo a través de San Sebastián"
Pregunta. ¿Qué le llevó a estudiar la figura de Fernández Arbós [Madrid, 1863- San Sebastián, 1969]?
Respuesta. Cuando era pequeño cayó en mis manos un ejemplar de sus memorias. Lo leí, me sorprendió, comencé a indagar y vi que no había nada más escrito sobre él. Con los años, y ya en Madrid, tenía que escoger un tema para el doctorado y decidí centrarme en su trayectoria.
P. ¿Qué es lo que le atrajo de él?
R. Para mí lo fundamental es que fue capaz de importar a España todo lo que vio y aprendió fuera; la manera de ser y de pensar, culturalmente hablando, que conoció en todos los países de Europa central y de América. Fue él quien importó el sinfonismo, y lo hizo desde San Sebastián con la Orquesta del Gran Casino Kursaal. Pero su labor pedagógica fue mucho más allá. Arbós, que dirigió la Sinfónica de Madrid y sugirió la introducción de voces blancas en el Orfeón Donostiarra, ayudó a los músicos españoles, llevándolos a tocar fuera de España. A los compositores, encargándoles obras de su propio bolsillo -hasta 182 -, y también programando sus obras en conciertos en el extranjero. Tengo más de 4.000 programas de mano y sólo en dos o tres no figuran obras de compositores españoles.
P. Un modelo a seguir...
R. Yo veo en Arbós un espejo en el que cualquier músico debe mirarse. Hoy el músico debe abarcarlo todo, tiene que tener una personalidad artística completísima, como la tenía el maestro Arbós. Debe tener la formación suficiente para desarrollar su carrera artística; enseñar lo que sabe a los que vienen detrás y, evidentemente, realizar una labor de investigación. Es algo que a mí me gusta desde pequeño: investigar, mirar, buscar, aprender; siempre aprender.
P. Es primer trompeta solista de la Orquesta de la Ópera de Berlín, ha actuado junto a directores como Lorin Maazel y Zubin Metha. ¿Siente que va demasiado rápido?
R. No. Siento que soy feliz. Es un privilegio hacer lo que uno quiere, y la música es mi pasión. Disfruto haciendo música, leyendo música, tocando música, hablando de música. Soy feliz así y no siento ningún tipo de estrés, al revés. Además, es algo que he tenido claro desde muy niño. Yo quería ser músico y, además, trompetista.
P. ¿Qué tiene la trompeta?
R. Es capaz de ser el gancho, de llevar a todos los instrumentos detrás. Puede mandar, como cabeza de los metales y la percusión y, a la vez, tocar de forma amable, bonita, redonda, sin ser estridente. Porque, al final, en una orquesta de lo que se trata es de trabajar en equipo, de hacer familia. No debe haber individualidades. La trompeta es un instrumento con su estatus dentro de una orquesta, como cualquier otro.
P. ¿Qué habilidades requiere?
R. Hay que ser cuidadoso y trabajar toda la musculación, porque al tocar la trompeta utilizamos más de 250 músculos.
P. ¿Lo de tener buenos pulmones es sólo una falsa creencia popular?
R. De ahí tomamos el aire, pero hace falta un control de la columna del aire para dominar el instrumento. No deja de ser un instrumento de viento.
P. ¿A cuántas cosas ha renunciado por la música?
R. A ninguna. Simplemente vivo con pasión mi profesión, con lo cual tengo una suerte tremenda porque no todo el mundo puede decir lo mismo. Me levanto con la música y estoy con ella hasta que me acuesto, y algunos veces hasta durmiendo. Lo mismo te asalta una idea y vas al piano a escribirla... Pero esto es normal y lógico.
P. Ahora vive en Alemania. ¿Planea volver a España como hizo Arbós?
R. Supongo que en algún momento sí. Tengo una plaza de profesor y puedo volver. En todo caso, el avión y los e-mails han acortado distancias y también trabajo aquí, doy conciertos, clases.
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