Dos ministros de Sharon critican el derribo de parte de la barrera

Por si no tuviera suficiente con bregar con los liberales de Shinui y los ministros de la extrema derecha que forman parte de su coalición de Gobierno, Ariel Sharon tuvo que aguantar también las críticas desde sus propias filas. Tanto el ministro de Hacienda, Benjamín Netanyahu, como el de Exteriores, Silvan Shalom, condenaron ayer el desmantelamiento de ocho kilómetros de la barrera que dividía las localidades de Baka al-Sharkiyeh y Baka al-Garbiyeh, situadas junto a la línea verde (demarcación previa a la guerra de 1967). Ambos expresaron su oposición a la decisión de Sharon, en lo que se interpretó como un nuevo movimiento dentro de la carrera sucesoria dentro del Likud.

Netanyahu, al que las encuestas dan como claro favorito, reprochó al jefe del Ejecutivo que desmantelara parte del muro justo antes de que comiencen las alegaciones orales ante el Tribunal de Justicia en La Haya. Para ello, empleó la metáfora de un criminal que intenta atenuar la gravedad del crimen, comentario que no gustó a Sharon. Más diplomático, Shalom señaló: "Pensándolo retrospectivamente, quizás deberíamos haber elegido mejor momento".

A diferencia de éstos, los considerados delfines de Sharon -el responsable de Defensa, Saúl Mofaz, y el de Comercio e Industria, Ehud Olmert- guardaron discreto silencio en la reunión semanal del Gabinete, que ayer comenzó media hora después del atentado. Mofaz se limitó a constatar que se había producido una importante reducción en la frecuencia e intensidad de los atentados, en gran medida gracias a la construcción de la barrera.

Según los cálculos del Canal 10 de televisión, el coste del desmantelamiento del tramo ascendió a ocho millones de dólares, lo que equivaldría a un millón por kilómetro. Esto supone más de la mitad de lo que costó su instalación, que está teniendo un coste medio de 1,7 millones de dólares por kilómetro.