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Un estudio resalta el aumento progresivo de la desigualdad en la calidad de los centros

Una veintena de expertos crean un observatorio para analizar la evolución de la educación

En los últimos 30 años ha habido un avance cuantitativo muy importante en escolarización que, sin embargo, convive con un aumento de las desigualdades entre centros, respecto a la calidad de la enseñanza. Ésta es una de las conclusiones que resalta el primer estudio realizado por el recién creado Observatorio de la Educación a iniciativa de la revista Cuadernos de

Pedagogía, que pretende "hacer una fotografía del sistema, en toda su complejidad, cada cinco años", según explica el director de esta publicación y coordinador del trabajo, Jaume Carbonell.

"Una cosa es acceder a la escuela y otra, bien distinta, a qué centro", explica este pedagogo. El trabajo -en el que han participado una veintena de expertos y publicado en el libro El sistema educativo. Una mirada crítica (Editorial Praxis)- habla de notables diferencias no sólo en función de la variable pública-privada, condicionada por factores externos al centro como son la política educativa o la falta de recursos, sino también por otros de carácter interno, como el profesorado, el proyecto de centro o la participación democrática de familias, profesores y alumnos.

"Hay dos modelos, uno de infraeducación y otro que prepara para el dominio social"

El informe expone que las medidas políticas no son el único factor que opera sobre el sistema educativo, sino que éste es resultado de una serie de determinantes que deben tenerse en cuenta para conocer a fondo el estado de la cuestión. "En qué contexto cultural, social y económico opera el sistema escolar; con qué tipo de poblaciones trabaja; cómo se insertan en él colectivos sociales diferentes y desiguales o cómo se articula en la sociedad" son algunos de esos factores, según resalta el texto.

En este primer observatorio, el período analizado parte de la Ley General de Educación (LGE), de 1970, y finaliza con la Ley Orgánica de Calidad de la Educación (LOCE), de 2002. Carbonell, que ha coordinado el trabajo junto al catedrático de Didáctica José Gimeno Sacristán, resalta que "en las tres últimas décadas se han producido grandes cambios en el contexto educativo, familiar y social. Conocer esa realidad compleja que es el sistema educativo, dentro de otra más compleja aún, que es la sociedad, es el objeto del observatorio y debería ser requisito obligado a la hora de diseñar las políticas educativas".

En el tema de las desigualdades ha profundizado el sociólogo Mariano Fernández Enguita. Respecto a las de género, Enguita concluye que, si bien la mujer accede en mayor medida que el hombre a la enseñanza no obligatoria, obtiene mejores calificaciones, promociona con más regularidad y titula en mayor proporción; las consecuencias de esa formación no se ven correspondidas. A la hora de poner en valor la educación obtenida en el mercado de trabajo, la mujer española sigue teniendo una tasa de actividad baja, sufre más desempleo y cobra sueldos inferiores. La clase social ("la desigualdad por excelencia"), la etnia y el territorio son las otras tres divisorias sociales que el sociólogo Mariano Fernández Enguita ha tenido en cuenta para detectar desigualdades.

Este primer trabajo del observatorio maneja tres grandes grupos de datos: la trayectoria de la educación desde los años setenta hasta la actualidad, algunos parámetros de España en relación con otros países de la Unión Europea y cifras comparativas entre las comunidades autónomas. Carbonell señala, sin embargo, que el informe no tiene un tono únicamente descriptivo; "no hemos pretendido tanto hacer un alarde estadístico, sino buscar el carácter analítico y crítico de la información contenida en él".

La aportación fundamental del estudio radica en su mirada multidisciplinar sobre el sistema educativo. No sólo se detiene en cuestiones estadísticas relacionadas directamente con la escuela, sino en aspectos tangenciales que inciden en ella. Por ejemplo, la organización del ocio de los menores, su relación con los adultos, la influencia de la televisión y las nuevas tecnologías, analizados por los profesores de Psicología Evolutiva María del Carmen Moreno y Juan Delval. Estos docentes hablan de los cambios operados en la familia española en los últimos 30 años, como la desaparición de la autoridad unilateral y el control estricto o el retraso en la emancipación de los jóvenes, al igual que cuestiones colaterales como índices de lectura, de bibliotecas públicas o la detección de nuevas formas de analfabetismo, el funcional, en relación, por ejemplo, con las nuevas tecnologías.

Según el pronóstico de otro de los expertos que han participado en este observatorio, el catedrático de Filosofía Luis Gómez Llorente, está por ver si la LOCE significa un "punto de inflexión regresivo" en la trayectoria de las tres últimas décadas por democratizar el sistema educativo. "Lo peor no es la diferencia de titularidad entre públicos y privados, que sería menos importante si ambos tuvieran que realizar la misma función social", argumenta. "Lo peor es la diferencia entre dos modelos educativos: una infraeducación que prepare mínimamente para el trabajo poco o casi nada cualificado, los bajos salarios, la subordinación social y la ciudadanía pasiva, y otro modelo de educación que conduce a estudios superiores especializados, mejores retribuciones y a participar en el dominio social; es decir, los dos modelos característicos de una sociedad clasista", concluye Gómez Llorente.

Un grupo de niños hace fila para entrar en una clase.
Un grupo de niños hace fila para entrar en una clase.RICARDO GUTIÉRREZ

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