"Vengo a la política ejerciendo un derecho como ciudadano, no como juez"

José Antonio Alonso acude, por primera vez, a la lucha política, encabezando la lista del PSOE, como independiente, en León, su tierra natal y la del líder del partido, José Luis Rodríguez Zapatero. Juez de carrera y miembro del Consejo General del Poder Judicial, a propuesta del PSOE.

Pregunta. ¿Por qué un juez decide saltar a la política?

P. La experiencia del PSOE con los jueces ha sido muy singular. El paso de Joaquín Navarro, Baltasar Garzón y Ventura Pérez Mariño no parece muy estimulante y muchos dirigentes socialistas califican de demoledora la actuación, en el Gobierno, de Juan Alberto Belloch y Margarita Robles. Sin embargo, el PSOE sigue confiando en un juez.

En el futuro, "se debe sustituir el juez instructor actual por el fiscal instructor"

R. Haber sido juez no debe empañar la personalidad. Cada uno es cada uno. Yo ofrezco la lealtad que ofrezco y tanto el líder como los miembros del PSOE saben que soy una persona leal de la que se pueden fiar.

P. ¿No resulta un tanto obsceno saltar desde el Consejo General del Poder Judicial a una lista electoral?

R. No, porque a la política vengo ejerciendo un derecho como ciudadano, no como juez, como debería ser claro y no lo es por el discurso emponzoñante de la derecha que tiene como objetivo el que no se hable de política. Estoy ejerciendo un derecho. Se es ciudadano y se está de juez, como se está de periodista o de lo que sea.

P. Llega usted con la imagen de amigo del líder y eso en los partidos suele crear problemas.

R. Mi posición ha sido generosa al aceptar la oferta que me han hecho Rodríguez Zapatero y el PSOE. Tenemos separada la relación personal de la política y esa relación personal refuerza el principio de confianza.

P. En esta última etapa la división en el Consejo General del Poder Judicial ha sido tajante. Se ha exteriorizado, más que nunca, la división entre los propuestos por uno u otro partido ¿No ha trascendido una imagen muy politizada?

R. El Consejo es un órgano político-constitucional; claro que es político. Lo peligroso es que sea dependiente del Gobierno y este Consejo ha tenido una excesiva dependencia del Ejecutivo; eso ha definido una determinada dinámica.

P. ¿Y cómo puede corregirse esa dependencia?

R. Dando mucho más peso al Parlamento. Hay que reforzar el procedimiento de selección de los vocales en las Cámaras y potenciar las comparecencias del presidente del Consejo para que, al menos una vez al año, dé cuenta del sistema judicial español y que el presidente y los vocales comparezcan cuando se les llame. Hay que mejorar las relaciones con el Parlamento, que son virtualmente inexistentes.

P. Se dice que si Rodríguez Zapatero forma Gobierno usted huele a ministro de Justicia.

R. La política tiene sus tiempos y ahora es el de ganar las elecciones. Cuando se ganen, José Luis Rodríguez Zapatero sabrá hacer el Gobierno que más convenga al PSOE y al país. No concibo que se mezclen esos diferentes tiempos políticos.

P. ¿Ha influido usted mucho en la elaboración del programa de Justicia del PSOE?

R. He intervenido con mis puntos de vista, pero el programa, en el PSOE, se hace con el concurso de decenas de personas.

P. En ese programa se propugna un cambio drástico. ¿Desaparece el recurso de casación ante el Tribunal Supremo tal y como está configurado?

R. Básicamente, sí. El Supremo no puede ser un órgano jurisdiccional más, una tercera instancia. La estructura territorial del Estado tiene a la cabeza los Tribunales Superiores de Justicia, en cada comunidad autónoma, y vamos a llevar ese principio a sus últimas consecuencias.

P. En definitiva, ¿cómo sería el recurso de casación que ustedes propugnan?

R. Si el Tribunal Supremo considera que se ha vulnerado la interpretación uniforme del derecho, se limitará a anular la sentencia y devolverla al Tribunal Superior correspondiente para que dicte otra de acuerdo con la doctrina.

P. Cuando se conoció esta propuesta, desde el PP se lanzaron duras críticas; se habló de una España con 17 tribunales supremos.

P. Pero, de acuerdo con su explicación anterior, ¿no teme que resulte fácil hablar de 17 tribunales supremos?

R. No, no; no habrá 17 tribunales supremos. La Constitución en el artículo 152 dice que "un tribunal superior de justicia culminará la organización judicial en el ámbito territorial de la comunidad autónoma" y lo dice la Ley Orgánica del Poder Judicial y lo dicen los estatutos de autonomía. ¿Es que los tribunales superiores no son tribunales del Estado?

P. Su propuesta exige potenciar esos tribunales superiores en cada comunidad. ¿Eso es caro?

R. La inversión en Justicia es una inversión productiva, económicamente productiva.

P. En su programa, el PSOE dice que el Gobierno "se ha empleado a fondo en encubrir a delincuentes económicos, mercantiles y societarios". Suena muy fuerte. ¿Quiere dar algún ejemplo?

R. Eso supondría entrar en asuntos jurisdiccionales y no debo hacerlo, pero el Gobierno ha sostenido una política de pura represión del pequeño delincuente, sin una sola línea programática de lucha contra la gran delincuencia organizada y la delincuencia financiera.

P. Su programa garantiza que antes de que acabe la próxima legislatura ningún proceso se prolongará más de dos años desde su inicio. Usted sabe que bastantes abogados son capaces de manejar las leyes procesales para que eso no sea posible.

R. El cliente, a través de su abogado, debe tener todas las garantías constitucionales, pero ninguna posibilidad de manejar los tiempos del proceso; eso corresponde al juez.

P. Además del recurso de casación propugnan otro cambio de envergadura. Dice su programa que "el fiscal será el encargado de la investigación" ¿Eso significa que pasaríamos del juez instructor al fiscal instructor?

P. Volvamos a la política general. Usted se presenta como candidato por León. ¿Qué espera conseguir?

R. En las elecciones pasadas, el PP obtuvo tres diputados y el PSOE dos. Queremos invertir esos resultados pero, sobre todo, resulta que la historia de los 20 últimos años de León es la historia de la decadencia de León, gobernado por el PP. Sólo por tratar de cambiar eso merece la pena ir a la política.